“Pese a la crisis, en 2015 se abrió una farmacia al día”
"Aunque somos el 15% de gasto hemos sufrido el 56% de los recortes"
Las oficinas de farmacia ambulatoria han sido el mejor termómetro de los recortes en sanidad de la crisis. Sus cifras son las únicas que se conocen mes a mes, y el gasto en medicamentos con receta ha estado siempre en el punto de mira cuando la Administración busca ahorrar. Por eso, que Jesús Aguilar (Burgos, 1960), presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos de España, diga que “en estos momentos el sector no tiene problemas” con la Administración, que “está abonando todos los medicamentos de los ciudadanos”, es señal de que las cuentas de las comunidades —gracias a las ayudas del Fondo de Liquidez Autonómica (FLA)— están controladas.
“Aunque la crisis ha afectado a todo el sector, hay que tener en cuenta que la farmacia ambulatoria representa el 14% o el 15% del gasto sanitario pero ha sufrido el 56% de los recortes del sistema nacional de salud”. “De hecho, la única medida que ha tomado el Gobierno en funciones ha sido rebajar el precio de los medicamentos” con la actualización de los valores de referencia, añade Aguilar.
Atrás quedaron los tiempos en los que por las deudas de las comunidades algunos farmacéuticos tuvieron que pedir créditos para comprar los medicamentos. “Es que nosotros tenemos la obligación de atender a los pacientes. Algunos han salido adelante; otros tuvieron que cerrar”, dice. Pero, en general, el sector ha aguantado bastante bien. “En 2015, por ejemplo, se abrió una farmacia al día”, añade, y su número se mantiene en las 22.000. “Lo importante es que se ha mantenido la red que permite que todos los ciudadanos tengan una farmacia cerca. Por eso nosotros no abrimos un establecimiento donde queremos, sino donde hace falta”, asegura Aguilar.
Esa obligación de dispensar lleva a la última polémica que ha llegado al sector. El presidente de los farmacéuticos ni espera a que se le pregunte, consciente de que hay un movimiento creciente de oposición a que los productos homeopáticos estén en las boticas. “Está bien abrir el debate sobre la homeopatía pero, mientras sea legal, nuestra obligación es dispensarla. Igual que no podemos negarnos por razones de conciencia a dispensar píldoras anticonceptivas, en España hay 18.000 médicos que la prescriben y a esos pacientes hay que atenderlos”, insiste.
Huye Aguilar de cualquier intento de usar la palabra “vender”. Lo suyo es una actividad sanitaria, y los farmacéuticos “aconsejan y dispensan”. Aun así, admite que “en tiempos de crisis” algunos de sus colegas “han potenciado la parafarmacia [productos que no son medicamentos, como la cosmética]”. “Pero los medicamentos están detrás, custodiados. Lo otro, aunque sea lo que más se ve, no representa más del 18% de nuestro trabajo”, defiende.
Porque ese es su objetivo: “ir hacia una farmacia asistencial”. Es un objetivo en el que ya se han dado pasos. “Cuando se dice que la receta electrónica ha ahorrado a los médicos de Castilla y León un 27% de su tiempo, hay que pensar dónde ha aumentado, y es en las farmacias. Y aún podemos hacer mucho más. Se calcula que el 50% de los pacientes crónicos no son adherentes [no siguen las pautas de dosis y periodos de su medicación], y ahí tenemos un papel importante porque podemos mejorar su calidad de vida, hacer que envejezcamos mejor y ahorrar al sistema público de salud”, dice.
Su intención es potenciar labores asistenciales: “La prueba rápida del VIH, que ya ofrecen 250 farmacias que han hecho 6.500 tests; las 1.400 oficinas que participan en programas de metadona o las que han empezado a colaborar con la recogida de muestras para el cribado de cáncer de colon en Cataluña”. “La farmacia tiene cada vez un mayor papel y las Administraciones deben contar con ella”, zanja.
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