_
_
_
_
Elecciones generales
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

¿Con el corazón o con el bolsillo?

Siete de cada 10 españoles tiene en cuenta cómo la economía afecta a su bolsillo para votar

Un anciano frente a una urna durante las elecciones generales de 2011.
Un anciano frente a una urna durante las elecciones generales de 2011.Tolo Ramon
Más información
Las exportaciones y la inversión de las empresas españolas, a merced del ‘Brexit’
El ‘Brexit’ y la economía española
Podemos es el partido más votado entre las rentas medias y altas
Populismo: comunismo 2.0

Tras votar su permanencia en la UE en 1975, el Reino Unido dejó atrás años de decrecimiento del PIB por persona. Desde ese mismo momento hasta la actualidad, el ciudadano inglés medio tuvo una renta superior al de la UE (club al que pertenecía a regañadientes). Además, tras salir expulsada del Sistema Monetario Europeo en 1992, se reprodujo esa combinación siempre tan valorada en el pragmático mundo anglosajón: the best of both worlds. Es decir, soberanía monetaria y mercados abiertos. Sin embargo, el resultado de ayer les ha adentrado en un territorio desconocido de ganancias imposibles de adivinar y pérdidas seguras. No parece haber sido un voto emitido después de un cálculo de intereses económicos.

Con frecuencia se afirma que las elecciones son el ritual principal de la democracia y que, por ende, debería votarse con la conciencia. La irrupción del sistema multipartidista en España debería reducir el coste para los votantes de aproximarse a su variedad ideal de voto. Esta es una novedosa característica del multipartidismo. En sistemas bipartidistas como el de EE UU una reciente encuesta mostraba que un 54 % de los ciudadanos estadounidenses decía votar “contra el otro”. En el multipartidismo esta posibilidad se hace más difícil. Tener más partidos en el espacio electoral implica más diversidad de elección y supone una afinidad mayor entre el votante y las características de cada partido.

Los españoles desaprueban claramente la situación económica y política del país. No parece extraño entonces que en un sondeo reciente de Metroscopia siete de cada diez españoles afirmasen tener muy en cuenta la forma en la que la economía afecta a su bolsillo para votar. Y solo un reducido grupo sitúa la orientación política como el principal condicionante de su voto. En plena gran recesión, con una tasa de paro superior al 20%, un endeudamiento privado y público masivo, salarios deprimidos y formación insuficiente no extraña que el ciudadano español sienta la economía como una espada de Damocles sobre su cabeza.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_