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Podemos hará de la oposición al TTIP un “tema frontal de campaña”

Pablo Bustinduy defiende la necesidad de "socializar el debate" sobre el tratado internacional e insta al PSOE a explicar su posición

F. Manetto
Pablo Bustinduy, en el hemiciclo del Congreso.
Pablo Bustinduy, en el hemiciclo del Congreso. Zipi (EFE)

Podemos ha sido una de las primeras formaciones en oponerse frontalmente al acuerdo de Asociación Transatlántica de Comercio e Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés). Desde el Parlamento Europeo, el partido de Pablo Iglesias lleva más de un año volcado en denunciar la opacidad de la negociación entre Estados Unidos y la Unión Europea. La reciente filtración de documentos de las conversaciones difundidos por Greenpeace, que revelan las presiones de Washington, y el creciente rechazo social ponen ahora en el centro del debate internacional el futuro del acuerdo comercial. Podemos hará, por tanto, de su oposición al TTIP uno de los “temas frontales” de la campaña electoral de las generales del 26 de junio.

Así lo explica el diputado Pablo Bustinduy, secretario de Internacional de la formación emergente, en una conversación con EL PAÍS mantenida el jueves pasado. Considera que la “socialización del debate” es una de las condiciones de necesidad para asegurar que se entierre la negociación. “Las posibilidades de que salga parecen ser inversamente proporcionales al volumen de debate público que hay al respecto. Cuando más se debate públicamente, menores parecen las posibilidades de que salga”, señala.

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En su opinión, “es sintomático que un tratado de estas características, con el impacto que tendría en las políticas públicas, en los derechos sociales y laborales, se esté negociando en secreto, a puerta cerrada”. “¿Qué quieren esconder?”, se pregunta. Bustinduy destaca que las exigencias de transparencia suponen “una labor titánica”. “Cuando llegamos al Parlamento Europeo y Lola Sánchez [eurodiputada de Podemos] comenzó a trabajar en la comisión de Comercio Internacional era una batalla quijotesca intentar explicar, sacar del Parlamento esa información y explicarle a la gente la seriedad y la gravedad de lo que representa el TTIP”, razona. “Lola ha sido la cabeza de ese trabajo”.

El portavoz de Exteriores del partido considera que, sobre todo a raíz de las filtraciones, esta cuestión “es cada vez más inesquivable”. “Se ha abierto una sala de lectura en Madrid, secreta, con unos horarios híper restringidos y con muchas dificultades de acceso, pero a la que ya hemos ido”. Uno de los objetivos de Podemos es que el PSOE clarifique su posición sobre el tratado.

“Es mi aspiración que sea un tema frontal de campaña, porque es una de las grandes cuestiones políticas de las que el PSOE, pero también Ciudadanos, el PP por supuesto, el PNV y Convergència van a tener que rendir cuentas y dar explicaciones de por qué lo han apoyado sin fisuras y unánimemente cada vez que han tenido oportunidad”, enfatiza. “Especialmente el PSOE. Dentro de la socialdemocracia europea ha habido muchas tensiones, pero no ha sido el caso de los socialistas españoles. El TTIP contradice todos y cada uno de los puntos de su programa en materia de política social o medioambiental, y sin embargo no han dado todavía una explicación pública, por lo cual lo convertiremos en un tema prioritario de agenda política internacional y estamos seguros de que lo que vamos a parar”.

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Bustinduy incide en la opacidad de la negociación. “Kant decía en Sobre la paz perpetua que una de las condiciones para pacificar el mundo era que el contenido de los tratados fuera público, porque la mayor parte de las guerras se deben a cómo los poderosos urden conspiraciones y tramas para defender sus intereses que no llegan a la esfera pública. Cuanta más información haya sobre el TTIP, más improbable parece que se vaya a aprobar”, continúa, citando entre los focos de oposición las asociaciones judiciales en Alemania, distintos colectivos de la sociedad civil, el sector agrícola francés o los poderes municipales en España.

Según su análisis, “el problema es la falta de democracia de la gobernanza internacional, incluso de la UE”. “Eso se veía en el Parlamento Europeo, que una apéndice de esta negociación”, considera Bustinduy, que añade un elemento de reflexión: “Dentro de la globalización, el marco de gobernanza puede ser más democrático o más participativo o menos”. Llevar ese debate a la sociedad antes de las próximas elecciones generales será, asegura, una de las tareas de Podemos.

Sobre la firma

F. Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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