Rajoy advierte a sus desencantados que Ciudadanos “es votar al PSOE”
El líder del PP ataca la ambiguedad de la formación de Rivera y su papel de futura "bisagra y muleta" de gobiernos socialistas
La última jornada, el cierre de la campaña, lo dedicó Mariano Rajoy a atacar directamente a Ciudadanos, el partido que lidera Albert Rivera, que es ahora el mayor enemigo de las mayorías absolutas de los candidatos locales del PP en toda España y su futuro proyecto de aliado. Rajoy no citó a Ciudadanos, no lo hace nunca, ni a Rivera, pero dedicó la jornada final de esta campaña "trascendental y decisiva", que servirá de prueba para las futuras generales, a cuestionar el papel en la política española de esa formación emergente que le disputa por primera vez en muchos años al PP su electorado en el centro. Rajoy repitió el mensaje casi idéntico en Madrid dos veces en su discurso, al final y al principio: "Cuando se vota a otros hay que andar con mucho cuidado porque uno se puede encontrar con que vota al PSOE y no se entera" o "si se vota a un partido distinto al PP se puede estar votando al PSOE y uno no se entera".
Antes que en el cierre de Madrid, ante 9.500 personas en el Palacio de los Deportes, y con el morbo de la asistencia al acto de Esperanza Aguirre, la candidata a la alcaldía de la capital y su gran y única rival interna, Mariano Rajoy estuvo cerrando campaña en Guadalajara con María Dolores de Cospedal. Allí, en el teatro Buero Vallejo, Rajoy dedicó más invectivas a Ciudadanos, que parece ahora la gran obsesión del PP y sus candidatos locales. Rajoy advirtió así de que ese partido "no conoce España" y "juega a la ambigüedad, se pone de un lado y de otro, pone precio a su voto y lo saca a subasta".
Rajoy consideró que eso es lo que hace el partido de Albert Rivera en contraposición al PP, que es "un partido grande y serio, no un partido de ocasión, ni muleta ni bisagra de nadie, ni una fiebre o moda pasajera que va y viene" y que considera fruto de "las tertulias y el marketing" de las televisiones. Esta última idea la reiteró luego en Madrid, donde insistió en otro aspecto que le gusta destacar y que tiene que ver con el orgullo que siente ahora por la marca España y que identifica con el papel del PP.
El líder del PP presume tanto de España que llega a situarla ahora en la cabeza de Europa en crecimiento y recuperación económica para 2015, aunque nunca admite ahí de qué índices parte y cuál es la situación comparativa.
Sobre las elecciones del domingo 24 de mayo, Rajoy solo aporta su convicción de que el PP ganará y de querán alcaldes y presidentes autonómicos todos los candidatos del lugar en el que mitinea. En este caso se trataba del cierre en Madrid y ahí aprovechó, por un lado, para saldar su tributo especial hacia la alcaldesa en retirada, Ana Botella, esposa de José María Aznar, que el domingo pasado le reprochó indirectamente que no se le hubiera reconocido su labor como merece. Rajoy le agradeció su presencia en el acto, su gestión "y más cosas". De Aguirre vaticinó su éxito y poco más, igual que con Cifuentes. Lo que quería era reivindicar delante de ellas y de todos la importancia de la marca PP y de lo realizado por él en estos tres años últimos para sacar al país de la ruina y la crisis.
A los desencantados del PP que ahora se decantan en las encuestas por otras opciones, sobre todo por Ciudadanos, Rajoy les reservó una alusión muy indirecta y en su línea: "Que vuelvan a darnos su confianza y apoyo que no se van a arrepentir". Sobre Podemos no habla. Deja ese papel para sus teloneros, en este caso Aguirre y Cifuentes. Ambas se emplearon a fondo.
Aguirre justificó su retorno a la política, tras haber dejado hace dos años la presidencia de la Comunidad de Madrid, precisamente "para plantar cara a los que quieren acabar con las libertades y el régimen de 1978" para imponer un sistema que etiquetó de bolivariano lleno de prohibiciones frente a su idea general de que "todo lo que no esté expresamente prohibido estará permitido". También les llamó "totalitarios" y les achacó la intención de "ganar Madrid para asaltar después el Gobierno de España y abrir el candado de la Constitución".
Cifuentes también arremetió con dureza contra Podemos, a los que catalogó como "bolcheviques" y "lobos con la piel de cordero y comunistas del siglo XXI, que de repente se han vuelto socialdemócratas". La aspirante a presidir la Comunidad de Madrid del PP no se fía de esa transformación ni tampoco de Ciudadanos, "que hace poco parecían la marca blanca del PP y empieza a desvelarse que son la segunda marca del PSOE".
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