“Ahora es algo más fácil, otra valiente nos abrió la puerta”

Cuando hace algunos años Aurora Bernal conoció a la científica estadounidense Lynn Margulis se emocionó. Esta joven investigadora madrileña, que ha completado sus estudios en biomedicina, tiene a Margulis entre sus referentes. “Te sientes muy especial por estar al lado de una figura clave en la investigación biológica… Por estar avanzando por una puerta algo más fácil porque nos la han abierto ella y otras pioneras valientes, que decidieron adentrarse en un campo considerado masculino”, dice.

Bernal, de 26 años, investiga para su doctorado en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), donde comenzó con una de sus primeras becas para jóvenes y donde ahora estudia la migración de las células madre del corazón tras un infarto, cuando el tejido de este órgano deja de funcionar. “Hay células madre que tienen capacidad de recuperarlo, pero les cuesta migrar hacia el corazón. Yo estudio cómo pueden llegar allí”, explica con pasión.

Siempre le interesó la ciencia, sobre todo la biología y la medicina. Sus padres trabajan el sector hospitalario, y afirma que quizá por eso tanto su hermano —físico— como ella se han dirigido hacia las disciplinas más científicas. Bernal reconoce que aunque en las aulas o entre los investigadores más jóvenes —sobre todo en las carreras más orientadas a la medicina, donde son mayoría, o las matemáticas, donde superan el 40% del alumnado— el equilibrio es mucho mayor, rostros femeninos escasean en las etapas superiores. “Sigue pesando mucho que se asocia el ser mujer con la maternidad o cuidar de la familia. Eso es un problema que dificulta la promoción”, dice.

A esa brecha persistente que obliga a las mujeres a mostrarse como más valiosas, se le suma, además, la complicada situación económica actual. “Ahora todos los colectivos minoritarios se ven más afectados, la crisis potencia los obstáculos”.

Como muchos investigadores —que ahora, con la crisis salen en mayor medida—, tiene claro que en algún momento se marchará al extranjero. “En ciencia, la internacionalización es básica”, puntualiza. Y seguirá avanzando: “Tengo la suerte de pertenecer a una generación que creemos que ese paso ya lo dieron por nosotras. Ahora nuestro trabajo es mantener ese listón y superarlo”.