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Ropa y tatuajes serán indicios para perseguir delitos de odio

El fiscal pide tres años y medio de cárcel a dos personas por apología nazi en una radio web

Foto: atlas | Vídeo: Atlas

Los tatuajes y la vestimenta de los agresores pesarán a la hora de calificar actos de violencia como delitos de odio, según el nuevo protocolo policial anunciado por el Ministerio del Interior, tras la muerte de un ultra coruñés en una pelea con aficionados radicales del Frente Atlético en Madrid Río, el pasado 30 de noviembre.

El secretario de Estado de Seguridad, Francisco Martínez, aseguró ayer que la estética de los delincuentes será uno de los indicadores para comprobar si ciertas agresiones comportan además delitos de odio contra minorías, por racismo, xenofobia, homofobia o cualquier otra actitud vejatoria que persigue ideologías. El número dos de Interior subrayó además que los lugares donde se produzcan los ataques también serán tenidos en cuenta en caso de que se trate de un cementerio, un recinto de culto o el establecimiento de un grupo minoritario,

Los agentes de los cuerpos policiales analizarán además la simbología que porten los agresores, siempre que sirva para difundir propaganda de carácter extremista o radical.

El Ministerio del Interior insistió de nuevo ayer en reclamar una “mayor precisión” y un “mayor esfuerzo” a la hora de redactar las actas de acontecimientos deportivos con el objetivo de captar en los estadios cánticos discriminatorios o banderas ofensivas y vejatorias. Martínez explicó que se trata de aplicar “con mayor rigor” la ley de 2007 que ya sanciona con multas administrativas estas conductas.

Ayer mismo el fiscal especializado en perseguir delitos de odio en Barcelona, pidió tres años de cárcel para un miembro de las Brigadas Blanquiazules, el grupo ultra del Espanyol, y su pareja por crear una radio digital que emitió durante dos años música neonazi. Según el escrito del ministerio público, difundido por Europa Press, el acusado desde su casa usó una web entre 2011 y 2013 28 programas de radio con el “objetivo fundamental de difundir indiscriminadamente canciones de música RAC (Rock contra el comunismo)”.

Según el fiscal, esas emisiones buscaron difundir ideas encaradas a la rehabilitación de regímenes que han practicado el genocidio contra minorías étnicas, raciales sexuales o religiosas, como lo fue el III Reich de Alemania. Y sirven para captar a nuevos miembros y financiar organizaciones neonazis. La radio digital llegó a contar con 345 seguidores.

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