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El rey Felipe y Obama mantendrán hoy un encuentro bilateral en Nueva York

El presidente de EE UU recibirá al Monarca y ambos volverán a coincidir en el plenario de la ONU

Felipe VI en un encuentro con jóvenes beneficiarios del programa de becas Fulbright, en Nueva York.
Felipe VI en un encuentro con jóvenes beneficiarios del programa de becas Fulbright, en Nueva York.EFE

El Departamento de Estado de Estados Unidos anunció en la noche del lunes que el presidente Barack Obama mantendrá un encuentro con el rey Felipe VI este martes en el hotel Waldorf Astoria de Nueva York, la residencia del líder norteamericano durante la 69ª Asamblea General de las Naciones Unidas. Asimismo, ambos coincidirán también en la cumbre del clima y en la recepción que Obama ofrecerá en el citado hotel a los representantes mundiales presentes en la cita de Naciones Unidas.

El encuentro se ha fijado para las tres de la tarde (nueve de la noche en la España peninsular),  tras el almuerzo que mantendrán los jefes de Estado y de Gobierno que participan en la citada cumbre internacional sobre el clima. Con motivo de la felicitación por su proclamación como Felipe VI, Obama ya expresó su deseo de trabajar con el Rey "en los años venideros" para seguir reforzando la relación de los dos países.

Fuentes de Exteriores informaron de que en el encuentro Obama y el Rey estrecharán relaciones entre España y Estados Unidos y abordarán diversas cuestiones de la realidad internacional. El miércoles, Obama y don Felipe volverán a coincidir en el plenario de Naciones Unidas. El encuentro con el presidente de Estados Unidos cobra especial significado si se tiene en cuenta que la intervención del Monarca en la asamblea de Naciones Unidas y los eventos que la acompañan constituyen su presentación mundial como jefe del Estado.

El rey Felipe será uno de los cuatro únicos dignatarios del mundo con quienes Obama se reunirá durante su visita a Nueva York, junto al primer ministro de Irak, Haidar Al Abadi; el presidente de Egipto, Abdelfatá Al Sisi, y el primer ministro de Etiopía, Hailemariam Desalegn.

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Por otra parte, el Gobierno español ofreció este lunes Madrid como sede para una conferencia de paz dentro de 60 días entre los dos Gobiernos de Libia que se disputan la autoridad y la legitimidad para reconstruir el país. El ofrecimiento lo efectuó el ministro de Exteriores español, José Manuel García Margallo, durante la reunión que mantuvo en el Waldorf Astoria de Nueva York convocada por Estados Unidos y con representantes de Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Argelia, Egipto, Túnez, Turquía, Qatar, Arabia Saudí y Emiratos Árabes Unidos para abordar la crisis libia. Según explicaron fuentes diplomáticas, el Gobierno español quiere ofrecer toda su colaboración para evitar una guerra civil o la fractura del país en dos Estados enfrentados.

“Creo que hay unas esperanzas fundadas de resolver el problema libio, que no tiene nada que ver con la complejidad del problema sirio y del problema de Irak. Hay algunas facciones que en estos momentos no reconocen al parlamento legítimo, hablo de las de Misrata, que al parecer sí podrían estar dispuestas a reconocer la autoridad de ese parlamento y a integrarse en ese gobierno nacional. Esto daría una enorme esperanza a un país que para España es vital, en términos de seguridad, en términos de control de la inmigración ilegal y, también, en términos de seguridad energética”, declaró Margallo.

La propuesta del Ejecutivo español sobre Libia es continuación de la reunión internacional que organizó en Madrid la semana pasada, que supuso un espaldarazo internacional al Gobierno libio salido de las elecciones del pasado 25 de junio. Sin embargo, ese Ejecutivo y el Parlamento actúan desde Tobruk, a 1.400 kilómetros de la capital, Trípoli. El otro Ejecutivo, nombrado por la anterior Asamblea General, cuyo mandato terminó en febrero y que gobernó el país durante 18 meses, controla Trípoli. Allí, el poder está en manos de una alianza de milicias, Libya Dawn (El amanecer de Libia), a la que se han unido pequeños grupos islamistas. El español Bernardino León, enviado especial de Naciones Unidas para Libia, considera que el país se puede convertir en "un imán para grupos terroristas".

España se ofrece como sede para una conferencia que negocie la paz en Libia

Los próximos sesenta días serán decisivos para el futuro de Libia. En ese plazo se pretende celebrar varios encuentros en Nueva York, Libia y Argelia para desbloquear la situación y avanzar hacia la estabilidad. De producirse avances, estos podrían desembocar en la conferencia de Madrid anunciada este lunes. En el encuentro de este lunes se reafirmó que “no hay solución militar para Libia”, se instó a las partes en conflicto a poner fin a los enfrentamientos armados, se reiteró que la legitimidad está en el Parlamento de Tobruk y se dio todo el respaldo a los trabajos de Bernardino León.

En la reunión de Madrid de la semana pasada, el Gobierno libio legítimo solicitó armas, tecnología y adiestramiento para combatir el yihadismo en su país y hacer frente a las milicias islamistas de Trípoli. “Sin el monopolio absoluto del uso de las armas y sin un aparato de seguridad no podemos luchar contra el terrorismo”, declaró el ministro de Asuntos Exteriores libio, Mohamed Abdelaziz ante los representantes de 15 países del sur de Europa y el norte de África, en su mayoría ministros de Exteriores, y de organizaciones internacionales como la Liga Árabe, la UE o Naciones Unidas.

En dicha conferencia se aprobó una resolución en la que se afirmaba que “no hay solución militar a la crisis actual”, algo que defendió el ministro Margallo. La solución a Libia debe llegar de los propios libios, aunque la comunidad internacional tenga la “obligación” de colaborar, defendió el ministro. Pese a todo, Abdelaziz hizo un ofrecimiento de integración a todos los partidos políticos libios y a los jefes tribales para abrir un diálogo que permita la “reconciliación nacional”.

Es voluntad del Gobierno de España que los representantes del Gobierno y Parlamento legítimos integren a los grupos islamistas moderados, que eran mayoría en la anterior Cámara. El Gobierno de Trípoli controla más territorio, pero su falta de legitimidad nacional e internacional le debilita. De ahí que, para el Gobierno español, la solución es que el Parlamento de Tobruk sea más integrador.

El ministro de Exteriores libio recordó que cuenta con el paraguas de una resolución del Consejo de Seguridad de la ONU “que señala que se pueden aplicar sanciones a aquellos que obstaculicen el proceso político o que amenacen la transición democrática”. Y el Gobierno paralelo “lo está haciendo”, advirtió.

Margallo reconoció en Madrid que “las cumbres internacionales no dan la solución final”, pero definió como “paso atrevido” la iniciativa española de lograr que los “amigos de Libia se juramenten” para ayudar al país. “Estamos a tiempo, pero debemos asistir a Libia con hechos y no solo con palabras”, dijo.

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