Un juez restituye en su puesto al hijo de Tejero, apartado tras la paella del 23-F
La decisión es temporal mientras no concluye su expediente disciplinario La Guardia Civil lo repone en su cargo para cumplir el fallo pero le da de inmediato otro destino
Un juez de la Audiencia Nacional ha dejado sin efecto el cese ordenado el 17 de marzo por el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, del teniente coronel Antonio Tejero Díaz como jefe del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) número 1 de la Guardia Civil, con sede en Valdemoro (Madrid). Con ello, el hijo del teniente coronel golpista recuperaba su puesto de libre designación, que perdió después de que EL PAÍS destapase que el pasado 18 de febrero, sólo cinco días antes del 33º aniversario del 23-F, organizó una paella y una exhibición de vehículos en su cuartel, a la que asistieron varios implicados en la intentona, incluido su padre. Interior decidió destituirle entonces “por pérdida de confianza” y, paralelamente, abrió una “información reservada” para esclarecer los hechos.
Pero el cese se realizó con un procedimiento poco habitual, ya que fue firmado por el ministro, en vez de por el responsable de su designación: el director de la Guardia Civil, Arsenio Fernández de Mesa. Por eso, y ante la eventualidad de que Tejero gane el contencioso, el juez ha decidido que siga en su puesto mientras se dicta sentencia.
Pero su restitución ha durado poco: la Guardia Civil comunicó que ha decidido acatar el auto e inmediatamente ha dado al teniente coronel un nuevo puesto administrativo en la Subdirección General de Apoyo. Este cambio a un destino en comisión de servicios sí ha sido firmado por el director del Instituto Armado. El portavoz de la Guardia Civil no aclaró cuál será su nuevo destino, pero fuentes del instituto armado explicaron que Tejero ya se ha presentado en la Unidad de Armamento, que está dentro del propio complejo de Valdemoro, por lo que podrá mantener su vivienda oficial.
Precisamente, la pérdida de sueldo (1.500 euros al mes) y el cambio de domicilio fueron los dos motivos esgrimidos por Tejero para reclamar al juez que le restituyera cautelarmente en su destino. Alegó que, de no ser así, sufriría graves “perjuicios personales y familiares” y solicitó permanecer en su puesto hasta que se resolviese “el fondo del asunto”, es decir, su destitución.
Entre los asistentes a la celebración del 23-F que desató la polémica figuraban su padre, el ex teniente coronel Antonio Tejero Molina, condenado a 30 años de cárcel por el asalto al Congreso, y el excapitán Jesús Muñecas Aguilar, condenado a cinco años de prisión por el 23-F y acusado de torturas por la juez argentina que investiga los crímenes del franquismo. El teniente coronel Tejero Díaz dio orden de que no se registraran los datos de sus invitados.
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