Monago dibuja una Extremadura empobrecida para pedir financiación

Iba a ser la puesta de largo de sus balanzas fiscales, pero se convirtió en un acto para demostrar que Extremadura es “la gran olvidada de España” con datos que nada tienen que ver con el saldo entre los recursos que aporta la comunidad y los que recibe. Antonio Fernández, catedrático de Economía y consejero de Hacienda del Gobierno que preside José Antonio Monago, desgranó este miércoles lo que llamó la “balanza Extremadura”, un compendio de cifras, la mayoría negativas para la comunidad, que apoyan su petición de más recursos en el futuro reparto de la financiación. Su objetivo: aportar cifras que impidan “que se utilicen las balanzas fiscales para decidir el posible reparto del nuevo sistema”, que Montoro negociará este año.

En un documento de 32 páginas, el Gobierno autónomo, en manos del PP, recuerda que en 2012 logró reducir su déficit al 1,03% del PIB partiendo de un 4,77% y que su deuda por habitante es “la más baja del país”, frente a una Cataluña sobreendeudada. Para ilustrar su penosa situación utiliza datos como la línea de ferrocarril Monfragüe-Plasencia, “único tramo en servicio de la vía de la Plata. Desde aquel cierre de líneas, Extremadura ha quedado aislada. El 15% de la red es de principios del siglo pasado”. A continuación, recuerda que la conexión con las principales ciudades de España y Portugal por ferrocarril se ha ido perdiendo y que no tiene líneas de alta velocidad.

El informe destaca otros datos que muestran Extremadura como el pozo negro del país, como, por ejemplo, que la región solo tiene una empresa con más de 500 empleados frente a las “90 de Cataluña o las 72 de Madrid”. “Muchas sociedades de capital no extremeño no tienen sede fiscal en nuestra comunidad, lo que merma nuestra capacidad recaudatoria”, abunda el documento.

Con un nivel de renta de los más bajos y una tasa de paro que roza el 30% de la población, algo que también subraya el informe, Monago recuerda que Extremadura tiene la densidad de población más baja del país, combinada con un elevado envejecimiento y una notable presión fiscal. “Y con estas condiciones el coste de prestar un determinado servicio no es el mismo”. En un vídeo que apoya los datos presentados este miércoles queda reflejado que "la comunidad produce el 6,5% de la energía de España, el 60% de la potencia instalada es renovable, sin embargo es la segunda que menos consume, la segunda que más energía exporta".

En el capítulo del gasto público destripa la inversión del Estado excluyendo la financiación autonómica y local para concluir, utilizando datos brutos, que “Madrid, Andalucía y Cataluña ocupan las primeras posiciones, mientras que Extremadura se sitúa en la 12 de las 17 regiones españolas”. Obvia así un aspecto elemental: que el tamaño de la comunidad es fundamental para determinar esas transferencias. El líder el PSOE extremeño, Guillermo Fernández Vara, calificó la puesta en escena de “patética”. “Lo que más me duele es que cuando examinen el documento en otras comunidades se rían, porque se reirán de todos nosotros”, lamentó.

Lo más curioso de la lista de agravios llegó al final de la presentación, con el cálculo de la financiación actual. El documento admite que cada extremeño recibe, de media, 2.360 euros por habitante y año como tercera región mejor financiada, por detrás de Cantabria y La Rioja. Hasta ahí, nada que no se sepa. A continuación, recalcula el dato incluyendo los préstamos del Fondo de Liquidez Autonómica y el Mecanismo de Financiación a Proveedores. Con esos datos que mezclan préstamos y transferencias diseña una tabla que llama “la balanza real de financiación” para el año 2013, donde Extremadura figura en una de las peores posiciones. Cataluña, Andalucía, Valencia y Madrid aparecen en los primeros lugares.

En cualquier caso, la de este miércoles es una muestra de que la guerra entre comunidades de cara al debate sobre la financiación no ha hecho más que empezar. El pistoletazo de salida lo dio este martes el Gobierno de Madrid, que presentó su propio cálculo de las balanzas fiscales con datos de hace casi una década.