Feijóo reclama ya al Gobierno una Conferencia de Presidentes
El presidente gallego pide que no se hable en “reservados”, en clara referencia al debate catalán
Mariano Rajoy le ha dicho por activa y por pasiva a todos sus barones autonómicos que no hay ninguna negociación en marcha con Cataluña. Pero no parece que acaben de creerle. Mientras la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, abre la puerta a reunir finalmente la Comisión Bilateral Estado-Generalitat, que lleva meses bloqueada, y se multiplican los contactos de alto nivel entre el Gobierno, el PSOE y CiU, un barón autonómico de mucho peso como el gallego Alberto Núñez Feijóo acudió ayer a Madrid para lanzar un aviso al Gobierno.
Feijóo reclamó en el Foro Abc que no se haga política y tratos bilaterales “a media luz, en reservados” —una referencia implícita a la negociación con Cataluña— sino en público, en el Consejo de Política Fiscal y sobre todo en una Conferencia de Presidentes. “La política de reservados da miedo”, remató. Tan claro lo tenía, que Feijóo reclamó a Rajoy que reúna de nuevo cuanto antes ese órgano que se inventó José Luis Rodríguez Zapatero. El presidente gallego quiere que se discutan dos asuntos básicos: la reforma de la financiación autonómica —el Gobierno insiste en que no se entrará en materia hasta la segunda mitad de 2014— y el futuro de los servicios públicos, cuáles se ofrecen en las autonomías y cómo se financian. “Si se prepara bien [la Conferencia de Presidentes] puede ofrecer una década de blindaje en el Estado del bienestar”.
El mensaje es evidente: los barones están muy inquietos ante la posibilidad de que La Moncloa ofrezca a Cataluña una mejora en la financiación para intentar rebajar la presión independentista y sobre todo para ofrecer una salida a Artur Mas. Y temen que todo ello se haga a costa de los ingresos que reciben el resto de las comunidades. Esta tensión de los barones ha quedado en evidencia en algunas reuniones con Rajoy pero sobre todo saltó cuando Alicia Sánchez Camacho, líder del PP catalán, planteó la posibilidad de mejorar la financiación catalana, establecer límites a la solidaridad, fijar el criterio de ordinalidad —que una comunidad no pueda perder puestos en la lista de las más ricas después de aplicar el sistema de financiación— y además que las ayudas sean finalistas. Varios barones se lanzaron contra ella.
La Conferencia de Presidentes solo se ha reunido una vez con Rajoy. Fue hace más de un año, y entonces ya se pactó trabajar para reformar el sistema de financiación, pero aún no hay ninguna propuesta encima de la mesa ni negociación real. Y aunque los barones se inquieten, los contactos entre el Gobierno y la Generalitat están en fase muy inicial, en el momento de los gestos.
El Ejecutivo está reforzando especialmente el papel de Josep Antoni Duran, líder de Unió opuesto a la línea independentista de Mas. Por eso Sáenz de Santamaría ha aceptado convocar la comisión bilateral. Este órgano que reúne al Estado y la Generalitat y que hará oficial el nuevo clima estará presidido por Duran, nombrado en su día máximo representante de la parte catalana de la comisión. Aún así, el Ejecutivo está lejos de lanzar una “gran oferta de Estado” como le pide Duran. Será una cita de contenido más técnico que otra cosa pero especialmente simbólica por lo mucho que se ha retrasado en un ambiente de máxima tensión. Se prepara ya para la próxima semana o poco después.
Además, el Gobierno y el PP han seguido con mucho interés el giro del PSC, que creen que acercará aún más a Rajoy y Rubalcaba en este asunto, aunque el presidente sigue rechazando la reforma constitucional que plantea el líder del PSOE.
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