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SECUESTROS VIRTUALES EN MÉXICO

“Olvídate de tus amigos, ya les hemos volado la cabeza por tu culpa”

Cuatro cordobeses frustraron en México hace un mes un secuestro virtual como el de Delorean

Un policía registra el hotel en el que el grupo Delorean sufrió un secuestro virtual
Un policía registra el hotel en el que el grupo Delorean sufrió un secuestro virtualALEX CRUZ (EFE)

Francisco, José, Javier y Bibiano son cuatro amigos cordobeses, de unos 30 años, que hace un mes pasaron varias semanas en México, donde lograron frustar un secuestro virtual. Las circunstancias fueron muy similares a las que sufrió el grupo Delorean, con la salvedad de que estos cuatro jóvenes cordobeses decidieron romper la comunicación telefónica con sus secuestradores virtuales y lograron escapar del chantaje.

La noche del pasado 17 de septiembre, los cuatro dormían en una habitación del Hotel Alikar, un modesto hospedaje en la localidad de La Crucecita, en el estado de Oaxaca. Sobre las tres de la madrugada, sonó el teléfono. Un hombre, que se identificaba como miembro del cártel de Huatulco, les advertía de que iban a asaltar el hotel para eliminar a un grupo rival y les pedía que bajaran por parejas a la recepción. 

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Siguiendo las instrucciones, el grupo se dividió y, mientras Javier y Bibiano bajaron por su cuenta, Francisco y José ganaron algo de tiempo, aduciendo que el primero estaba muy enfermo y necesitaba medicinas, momento que aprovecharon para alertar a través de mensajes de teléfono a sus amigos en España de que estaba ocurriendo algo raro.

La forma de actuar de los secuestradores fue la misma que con Delorean. Les pidieron que tomaran un taxi para alojarse en otro hotel en las cercanías, que comprasen varios teléfonos móviles de prepago y apagaran los suyos, para así evitar cualquier contacto con el exterior.

Con el grupo dividido, Javier y Bibiano se subieron al coche que habían alquilado en el país americano y se alojaron en un hospedaje de las cercanías, donde comenzaron a aflorar sus dudas sobre lo ocurrido. Especialmente cuando el presunto narco empezó a hacerles preguntas personales sobre su profesión y la de sus padres.

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"En ese momento, temí por mi vida", afirma Javier. "Estábamos en un hotel a cinco minutos de la selva. Sentí la sensación de que iban a presentarse allí, por lo que decidimos irnos y buscar a nuestros amigos". Por esta razón, volvieron a su hotel original, donde comprobaron que no se había producido ningún asalto y recogieron sus pertenencias.

Tras el secuestro, la Embajada les pidió abandonar el país y les dijo que era una "locura" viajar en coche alquilado por México

La historia de la otra pareja de jóvenes, Francisco y José, fue distinta. Ellos cogieron un taxi cualquiera, desconfiados de que estuviera confabulado con el cártel, y pidieron parar en un establecimiento con la excusa de comprar medicinas para Francisco. En aquel momento, un error de los presuntos narcos delató el montaje. "Cuando todavía estábamos en la gasolinera, nos preguntaron cuánto nos quedaba para llegar al hotel. Y eso no cuadraba con la historia de que nos tenían vigilados", explica.

Finalmente, los dos grupos de amigos consiguieron contactar entre ellos y alojarse en un establecimiento de cuatro estrellas, donde avisaron al Consulado Español, que no daba crédito a la historia. En aquel momento, por precaución, aún mantenían contacto con los presuntos secuestradores, a los que confundían pidiéndoles información sobre sus amigos, sin que los narcos supieran que estaban ya reunidos.

Tras cortar finalmente la comunicación con el presunto cártel, Javier recibió un mensaje de texto en el teléfono de prepago en el que se leía: "Olvídate de tus amigos, ya les hemos volado la cabeza por tu culpa. Vayánse a la verga". Fue el epitafio a algo que José y Francisco ahora pueden definir como "una aventura", pero que en aquel momento les hizo temer por su vida.

"Cuando al salir del hotel vi una furgoneta en la puerta, me asusté de verdad", indica Francisco, mientras que José especifica que dejó sus pertenencias dentro porque en ese momento sólo temía por su vida. Pero apostilla que hasta ese momento no sintieron ningún tipo de miedo en México, y que lo ocurrido es algo puntual.

A pesar de que la Embajada española les pidió que abandonaran el país y les dijo que era una "locura" viajar en coche alquilado por México, el grupo de jóvenes continuó su viaje y permaneció en tierras aztecas 12 días más.

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