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La Constitución y el Rey, borrados del callejero de 10 municipios

Los Ayuntamientos alegan en muchos casos querer devolver a los espacios públicos las denominaciones que tenían en el pasado

Miquel Noguer

Sitges no es una excepción en el cambio de nombres de calles. Ya sea con el objetivo declarado de borrar símbolos no catalanes o con la intención de devolverles a los espacios públicos las denominaciones que tenían en el pasado, al menos una decena de municipios catalanes han cambiado el nomenclátor los últimos meses. En la mayor parte de casos se han arrancado las placas de plazas y calles llamadas “España”, “De la Constitución” o “Juan Carlos I” y se han sustituido por otros con referentes más locales.

Ya en 2011 el Ayuntamiento de Calella (Barcelona) aprobó que la plaza de la Constitución pasara a llamarse plaza del Ayuntamiento. CiU y ERC votaron el cambio de nombre en contra de la opinión de PSC y PP. El argumento del Ayuntamiento fue que el nuevo nombre era, en realidad, mucho más popular que el oficial. Y recordó que el Consistorio se declaró “moralmente excluido de la Constitución” tras el recorte del Estatuto por parte del Tribunal Constitucional.

Algo parecido ocurrió en El Perelló (Tarragona). La plaza de la Constitución se llama ahora plaza de Les Corts Catalanes. Y la plaza Juan Carlos I se conoce hoy como plaza Dels Clots. Los cambios se hicieron al año pasado con los votos de ERC, CiU y PSC. El Ayuntamiento aseguró que quería adoptar una denominación “genuina” acorde con el independentismo de muchos de sus vecinos.

En poblaciones como La Seu d’Urgell (Lleida) incluso el PP ha votado a favor de quitar del callejero el nombre de plaza de España. En esa localidad, el Consistorio votó por unanimidad devolverle a este espacio el nombre popular con el que era conocida desde el siglo XIX; plaza de Petalín, en referencia a un bar que allí existía.

Pero no todos los cambios han prosperado. En Les Borges Blanques (Lleida), el Ayuntamiento ha decidido posponer el cambio de nombre de la plaza de la Constitución. En julio se celebró una consulta popular poco exitosa. Estaban llamados a consulta los vecinos residentes en la plaza, un total de 101 y solo votaron 22. Once votaron a favor y once en contra. El alcalde pospuso la decisión por entender que hay otros asuntos que preocupan más a los ciudadanos.

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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