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PERCIVAL MANGLANO | EXCONSEJERO DE ECONOMÍA DE LA COMUNIDAD DE MADRID

“La financiación de partidos voluntaria obligaría a ofrecer mayor transparencia”

Manglano defiende primarias para todas las decisiones importantes y listas abiertas en el PP

Francesco Manetto
Percival Manglano.
Percival Manglano. SAMUEL SÁNCHEZ

Esperanza Aguirre le confió las cuentas de la Comunidad de Madrid tras ganar las últimas elecciones autonómicas. Quince meses después, Ignacio González le destituyó. El exconsejero de Economía y Hacienda Percival Manglano (Londres, 1972) confesó entonces que tendría más tiempo para tocar la batería. También ha econtrado tiempo para reflexionar sobre los mecanismos de democracia interna de los partidos, las primarias y las listas abiertas. Cree que en España los políticos tienden a sentirse responsables ante la cúpula de sus formaciones antes que rendirles cuentas a los votantes. Este uno de los charcos que ha cruzado en su libro, Pisando charcos (La Esfera de los Libros).

Pregunta. ¿Cuáles son los charcos a los que se enfrenta la política?

Respuesta. La imagen de los charcos se ve como algo negativo, pero es imprescindible pisarlos si se quiere avanzar. El mayor charco es el de los incentivos mal diseñados para los políticos españoles. El primer capítulo del libro, que está escrito mucho antes de que estallara el caso Bárcenas, explica cómo funcionan estos incentivos y resume la idea de que los políticos, por culpa de las listas cerradas y bloqueadas, tienen tendencia a rendir cuentas y a sentirse responsables ante la cúpula de sus partidos y no ante los votantes.

P. ¿Cree que hay una forma de cambiarlo?

R. Cambiar las listas cerradas y bloqueadas, y sobre todo crear circunscripciones para que el ciudadano vote a una persona y esa persona les rinda cuentas a los ciudadanos en el ejercicio de su tarea política.

P. ¿Está siendo complicado transmitir esta cultura?

R. Yo creo que no. Hay iniciativas que tienen posibilidad de ser implantadas a corto o medio plazo. La iniciativa del PP de Madrid para cambiar la ley electoral es un buen ejemplo. El PP de Madrid ha propuesto dividir la comunidad en 43 circunscripciones, que tendrían más o menos 150.000 habitantes cada una y en las que se votaría a una persona, a un diputado. No todos serían elegidos a través de circunscripciones, pero sí una tercera parte.

P. Entonces, ¿existe interés dentro de los partidos?

R. Eso evidencia las inquietudes que hay en diversos partidos políticos y también dentro del PP por cambiar la ley electoral y el modo de hacer política. Un buen ejemplo de ello es el Reino Unido, donde incluso el primer ministro es un diputado elegido por una circunscripción. Margaret Thatcher cuenta en sus memorias que todos los fines de semana iba a su circunscripción a ver a sus votantes y conocer sus problemas. Ese es el modelo al que tendríamos que tender.

P. ¿Y qué pasa en España?

R. Tradicionalmente la política se ha asociado a la Administración del Estado La democracia liberal se basa en un pacto, desde hace siglos, por el que el ciudadano paga sus impuestos y unos representantes libremente elegidos controlan y supervisan quién gasta ese dinero y a su vez le rindan cuentas sobre esa tarea.EL problema de las listas cerradas es que no se rinde cuentas ante los ciudadanos.

P. ¿Cree que hay debate en el PP en torno a estas cuestiones?

R. Sí. Se está iniciando un debate. La dirección nacional del PP está organizando reuniones. Hubo una en San Sebastián y otra en Madrid. Iñigo Henríquez de Luna [portavoz popular en la Asamblea de Madrid] expuso la reforma del PP regional. Hay debate interno y es bueno que lo haya. La cúpula nacional está pidiendo ideas, y Pisando charcos es mi idea.

P. Los críticos de las listas abiertas mantienen que los elegidos acabarían debiendo favores…

R. No hay ningún sistema perfecto. Los acuerdos de la Transición fueron correctos en su momento, pero ahora vemos que hay un desequilibrio palmario entre los intereses de gobierno y los intereses del poder legislativo. El legislativo está demasiado supeditado al Gobierno. La clave para evitar favores es que el sistema sea transparente. Existe la posibilidad de que personas o empresas den dinero a una entidad. Pero la clave es que se sepa. Me alegro, en este sentido, de que se haya acabado con las donaciones anónimas y que haya se puesto un tope de 100.000 euros a las aportaciones. En cualquier caso, la corrupción existe aunque no haya listas abiertas.

P. Usted es también un defensor de las elecciones primarias…

R. Soy un defensor de elecciones primarias para todas las grandes decisiones y todos los grandes nombramientos de un partido. En España y en otrospaíses el liberalismo tiene una especie de leyenda negra que tiende a creer que es una ideología que defiende los intereses de los ricos, pero si por algo se define el liberalismo es por luchar contra las concentraciones de poder. Una de las máximas de la democracia liberal es la separación de poderes. Y en España hay un exceso de poder concentrado en las cúpulas de los partidos políticos.

P. ¿Qué propone para solucionarlo?

R. Para atenuar esa concentración de poder habría que delegar las grandes decisiones hacia abajo. En particular a través de las votaciones de los afiliados.Debería haber primarias para elegir la dirección del partido a todos los niveles, nacional, autonómico y municipal. Eso va en la línea de lo que propuso Henríquez de Luna en el Congreso de Valencia en 2008. Ahí no salió adelante, por lo que no está vigente en los estatutos del PP nacional. Pero no es algo nuevo. Al mismo tiempo defendería primarias para elegir a todos los candidatos: presidente del Gobierno, presidente autonómico, alcalde...Los afiliados de los partidos demasiado a menudo van a los mítines a animar y aplaudir a candidatos o a responsables que no han elegido, pero deberían aplaudir a aquellos que hayan elegido.

P. ¿Se trata de propuestas viables a corto o medio plazo?

R. En el PSOE, por ejemplo, está habiendo un debate y es muy llamativo lo que pidió el PSdeG,que reclamó primarias. El PSOE se opuso y al final parece que han llegado a un acuerdo. En el PP, a fecha de hoy, hay menos debate al respecto, pero cuando la mayoría de los ciudadanos españoles piden más transparencia y acercamiento de los políticos, existe una presión para que se den pasos en esa dirección.

P. A propósito de transparencia, ¿cuál cree que debería ser el modelo de financiación?

R. Defiendo una financiación voluntaria. En el sistema actual no es voluntario, porque los partidos se financian a través de los impuestos. Hace días se publicaron en el BOE las subvenciones de los partidos en función de los resultados electorales, que suman al año 54 millones de euros. Lo que defiendo es un modelo parecido al que acaba de presentar Italia, que es reducir escalonadamente la subvención de los partidos [en el caso de Italia son cuatro años] hasta que al cabo de ese tiempo no reciban ningún tipo de subvención. Y que los partidos y los sindicatos vivan de las aportaciones de sus afiliados y simpatizantes.

P. ¿Qué ventajas le ve a ese modelo?

R: Cambiaría los incentivos de las cúpulas de los partidos. Porque llevaría a que altos responsables de todas las formaciones tuviesen que dedicar mucho más tiempo a las sedes locales para pedir a los afiliados que aportasen su dinero. Los afiliados preguntarían entonces: “¿Qué vas a hacer con mi dinero?”. Por un lado, eso llevaría a los responsables a dedicar mucho más tiempo a convencer a los ciudadanos de que diesen su dinero. Y a cambio la cúpula del partido tendría que ofrecer transparencia e información detallada sobre el destino de ese dinero.

P. ¿Cambiaría este sistema la cultura y la forma de hacer política?

R. Sí. Porque la transparencia de la contabilidad ya no dependería solo del Tribunal de Cuentas, sino del control de los que dan su dinero. Pero la clave es que fuera un sistema de financiación voluntaria

P. ¿Se deben aprobar leyes que garanticen la democracia interna de los partidos?

R. Estoy de acuerdo con el objetivo pero no con el medio, porque no solamente ya lo prevé ya la ley de partidos políticos, sino que lo prevé la Constitución. Los puntos de partida tienen que ser los debates internos y las exigencias de que los partidos se democraticen desde dentro. Creo que es un momento importante para que los militantes hagan llegar sus ideas a las cúpulas.

P. Dice que su idea está en su libro. ¿Puede resumirla?

R. Es una invitación al debate, es provocador y es optimista porque estoy convencido de que el sistema español se puede regenerar desde dentro. Llevo unos cuantos años afiliado al PP, me siento identificado con el PP y de verdad lo creo. Tardará más o menos, pero gracias a este tipo de debate se acelerará el proceso.

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Sobre la firma

Francesco Manetto
Es editor de EL PAÍS América. Empezó a trabajar en EL PAÍS en 2006 tras cursar el Máster de Periodismo del diario. En Madrid se ha ocupado principalmente de información política y, como corresponsal en la Región Andina, se ha centrado en el posconflicto colombiano y en la crisis venezolana.

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