Rajoy siembra dudas al pronosticar que 2013 será peor de lo previsto
El presidente anuncia que en abril revisará la previsión económica para este año
Hay silencios que provocan incertidumbres y anuncios sin concretar que siembran aun más dudas. Ayer Mariano Rajoy hizo las dos cosas en el Congreso al desaprovechar la ocasión para tranquilizar a los ciudadanos y fijar posición sobre la zozobra creada por el confuso rescate a Chipre y sus circunstancias.
También lo hizo al deslizar en su intervención en el Pleno de control al Gobierno que revisará las previsiones económicas, para pintar un panorama aún más negro del previsto para este año, pero sin dar detalle alguno de en qué consistirá tal revisión. Le preguntaba en la sesión de control el líder del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, cuando el presidente del Gobierno dejó caer con una perífrasis de las suyas, de las que van cargadas de frases subordinadas, que el resultado económico de España será este año aún peor que lo previsto por el Ejecutivo y, especialmente, por lo incluido en los Presupuestos que están en vigor.
“Hay factores que, sin duda alguna, nos pueden obligar a ello, como por ejemplo la situación de nuestros socios comerciales; como, por ejemplo, la financiación de la economía; como, por ejemplo, lo que ocurra con el procedimiento de déficit excesivo, la senda del cumplimiento; todo eso nos puede obligar a cambiar las previsiones y, de hecho, creo que vamos a cambiar las previsiones”, aseguró el presidente del Gobierno. Fuentes del Ejecutivo se esforzaron luego en explicar que en abril el Gobierno debe entregar a Bruselas su cuadro macroeconómico, en función de las cifras que ahora están en estudio, como las del déficit de 2012 que Europa debe validar.
El jefe del Ejecutivo elude responder en el Congreso sobre la crisis de Chipre
En todo caso, el ministro de Economía, Luis de Guindos, explicó en los pasillos del Congreso que esa revisión se hará de forma “conservadora”, lo que traducido del eufemismo quiere decir también que las previsiones de los datos de final de año serán a peor.
También está a la espera de la validación de esos datos en Bruselas la intención del Gobierno de estudiar la posibilidad de flexibilizar las exigencias de déficit a las comunidades autónomas. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, explicó ayer en los pasillos que en la reunión de hoy del Consejo de Política Fiscal y Financiera únicamente se creará la comisión de estudio para ese reparto del déficit. El objetivo del Gobierno es lograr de Bruselas cierta flexibilidad, que sería diferida a las comunidades, pero la forma en que se haga depende aún de la respuesta de la UE, que se producirá en abril.
A los periodistas: “No soy partidario de que la gente pierda sus depósitos”
En el hemiciclo, por enésima vez y con idéntico resultado que en otras ocasiones, el líder de la oposición le pidió ayer que cambie su política económica. “Haga usted un esfuerzo y cambie usted su política económica, su política laboral; cambie usted su política de crecimiento porque si no la legislatura será un desastre”, le dijo.
También le pidió explicaciones sobre los resultados de la última cumbre europea e intentó obtener alguna respuesta sobre la posición de España ante el rescate de Chipre, pero no lo logró. “El viernes, el Consejo de la Unión Europea se reunió y se olvidó de hablar de crecimiento. Es verdad que usted lo hizo en los pasillos, parece que dentro fue algo menos elocuente y quizá habría que hacerlo al revés, más contundencia dentro y más diplomacia fuera”.
Le habló del “desastroso rescate para Chipre que olvida la propia normativa de la Unión Europea, que recorta los derechos o los ahorros de los pequeños ahorradores chipriotas y que ha culminado en un desastre; un error que no tiene padre, pero que parece que tiene madre; una madre, que nos está llevando a todos los europeos al desastre”. Rubalcaba no mencionó a Angela Merkel.
El presidente del Gobierno hizo caso omiso. Insistió en que no cambiará su política económica e inició un nuevo periodo de silencio parlamentario que no romperá hasta el 10 de abril.
Además de las sesiones de control, las únicas comparecencias del presidente que son obligatorias por la ley son las posteriores a los Consejos Europeos. Suelen ser la semana siguiente a la cumbre, pero en esta ocasión el presidente no dará cuenta hasta casi un mes después, lo que no es habitual. La portavoz socialista, Soraya Rodríguez, intentó que fuera ayer mismo, pero el PP, con su mayoría absoluta, impidió el martes en la Junta de Portavoces que Rajoy fijara ya posición sobre el escabroso asunto de Chipre.
El presidente se limitó a hacerlo ayer en los pasillos y de forma apresurada, para afirmar: “Yo espero que se resuelva a la mayor celeridad posible, pero es una situación de una enorme complejidad porque allí el sistema financiero está en una situación pésima, necesita capitalizarse. Yo, desde luego, no soy partidario de que la gente pierda sus propios depósitos porque no tiene ninguna responsabilidad en esta materia”. Hasta ahí llegó, sin explicar qué salida propone. La próxima vez que hable en el Congreso se supone que estará resuelta esa crisis.
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