Políticos de la transición piden que los partidos escuchen a la calle y decidan

Los políticos de la transición y los cientos de exdiputados y exsenadores, reunidos en una asociación de exparlamentarios de todas las épocas, casi imploran a los actuales gobernantes y a la oposición que pacten porque España, como tantas veces en su historia, vuelve a estar en una encrucijada y necesita de acuerdos y pactos para afrontar una crisis económica, social e institucional de gran profundidad. A la calle hay que escucharla, hay que atender las demandas de la sociedad, pero la responsabilidad es del Gobierno, en particular, y del Parlamento en general, porque son los representantes de la soberanía popular y están en las Cortes porque los ciudadanos lo han pedido. Estas tesis recorrieron este lunes las intervenciones de los participantes en la jornada sobre Los valores de la Transición en tiempos de crisis, organizada por la Asociación de exdiputados y exsenadores aunque la mitad de los ponentes están en activo.

“Pactar no es ceder. ¿Quién ha dicho que el acuerdo es sinónimo de claudicar?”. Con esta pregunta retórica, el exvicepresidente del Gobierno socialista Alfonso Guerra llamaba al pacto como hicieron en tiempos difíciles dirigentes de todos los partidos políticos. “Estaríamos locos si no fueran capaces de pactar; aunque no mitifico la Transición, sí tuvo de bueno la capacidad de ceder y transar, porque en democracia se debe vivir en transacción”. Así de expresivo se mostró Miquel Roca, muchos años portavoz de CiU y uno de los padres de la Constitución de 1978. En la misma mesa, el exministro con UCD Rodolfo Martín Villa defendía la imperiosa necesidad de dialogar para acordar, al tiempo que hacia un recordatorio necesario, según la mayoría de los asistentes a esta jornada: “La soberanía está aquí, en las Cortes; la representación de los ciudadanos están en el Parlamento”.

No tuvieron duda los reunidos de que el malestar de los ciudadanos es muy hondo y muy justificado, según se encargaron de precisar y perfilas los sociólogos intervinientes en estas jornadas, como José Félix Tezanos, Juan Díez Nicolás y Juan Gimeno Ullastres. Además de la necesidad de pactar sobre la mesa estaban las llamadas a emprender la reforma de la Constitución y, además, el cambio de la Ley Electoral. Distanciamiento y escepticismo son las actitudes con las que Guerra, Roca y Martín Villa acogen esta tensión de reforma. No la rechazan, pero no creen que “la Constitución tenga la culpa del paro”. Para Alfonso Guerra, la opción económica impulsada por la Unión Europea (“y que España sigue, entre otros países europeos”) de recorte y austeridad , para afrontar la crisis “no tiene nada que ver con la Constitución”, remachó. Tampoco este veterano político y los expolíticos que le acompañaban se unen a las voces que piden la reforma de la Ley Electoral para hacerla más proporcional. Sí la defienden – Alfonso Guerra es el padre de esa ley – porque ha dado “estabilidad y representatividad”, y porque quien ha ganado “es porque le han votado”. Al menos reconocieron que “algún ajuste” puede hacerse, al reconocer que el voto entre 52 circunscripciones favorece la concentración y penaliza la dispersión.

No transcurrió la jornada por derroteros ajenos a la actualidad porque mucho de lo que se habló se refiere a lo hoy pasará en el Congreso cuando los grupos parlamentarios defiendan sus resoluciones, producto del debate del estado de la nación, y se compruebe si toman cuerpo los llamamientos al pacto, hasta ahora retóricos.

El portavoz constitucional del Grupo Socialista, Ramón Jáuregui, y el presidente de esa comisión, el popular Arturo García Tizón, en efecto, invocaron el día de hoy para tomar el pulso a una eventual política de pactos. Ramón Jáuregui recordó que su grupo defiende hoy la creación de una ponencia para reformar la Constitución. “España vive una crisis social, económica e institucional que va a obligar a reescribir casi todo; y lo tenemos que hacer nosotros, porque aunque hay que escuchar a la calle, la renovación del sistema nos corresponde a nosotros”, expresó muy enfáticamente.

Jáuregui, García Tizón, el presidente de esta asociación de exparlamentarios, León Buil Giral, de la extinta UCD, creen que ha llegado el momento de “hacer lo que se hizo hace 35 años”. Pero los políticos para recuperar legitimidad y apego tienen que emprender de inmediato su propia reforma. En eso todos de acuerdo: les va la supervivencia.