Mas quiere reunirse con Rajoy para plantearle formalmente la consulta
El Gobierno esperará a que la Generalitat solicite el encuentro Rajoy aún no ha recibido a otros presidentes autonómicos electos, como Feijóo y Urkullu El consejero de Presidencia dice que buscará en el exterior “potenciales aliados” al referéndum
Artur Mas dijo en septiembre que Cataluña celebrará “sí o sí” una consulta de autodeterminación esta legislatura. Y, antes de plantear un órdago en toda regla, quiere agotar la vía del diálogo. Por eso pedirá reunirse con Mariano Rajoy las “próximas semanas o meses” para plantearle formalmente su voluntad de que los catalanes puedan votar sobre la soberanía de Cataluña.
No es que el Gobierno catalán tenga esperanza alguna de que el encuentro con el presidente del Gobierno sirva para desencallar la consulta. Pero sí está convencido de que un “no” rotundo de Rajoy le servirá para convencer a muchos catalanes de que hay que plantearse una vía alternativa que no pase por la autorización del Gobierno.
Las peticiones de diálogo con el Gobierno central se han sucedido desde la toma de posesión del presidente catalán tras las elecciones del 25 de noviembre. El propio Artur Mas pidió el lunes al Gobierno que se abra al diálogo institucional. No solo para celebrar la consulta, sino para buscar salidas a la maltrecha situación financiera de la Generalitat.
Las peticiones continuaron este viernes por parte del consejero de Presidencia, Francesc Homs. Este abogó por restablecer el diálogo, lo antes posible: “Estamos dispuestos a dar un primer paso para establecer una reunión, cuando quieran, entre Mas y Rajoy. No les pedimos que dejen de ser lo que son, pero tampoco nos lo pueden pedir a nosotros”, dijo en referencia al carácter claramente soberanista del nuevo Gobierno catalán.
Mas es consciente de que el choque frontal con el Gobierno central solo le acarreará nuevos problemas. La Generalitat paga a duras penas las nóminas de los funcionarios y a buena parte de sus proveedores, y lo hace según recibe las transferencias ordinarias del Gobierno central. Cualquier retraso en estos envíos sería fatal para las finanzas catalanas. Por esto Mas trata de evitar el enfrentamiento abierto o, como mínimo, retrasarlo tanto como pueda.
Por otra parte, CiU entiende que hay que cuidar las relaciones. Josep Antoni Duran Lleida, jefe de filas de los nacionalistas catalanes en el Congreso, es el máximo exponente de este sentir. “Es normal y lógico que se reúnan los dos presidentes y espero que sea lo antes posible; estoy convencido de que se producirá esta reunión”, afirmó este viernes. Sin embargo, el también líder de Unió subrayó que, ante las demandas de Cataluña, el Gobierno central es el que ahora “debe mover ficha” y presentar nuevas propuestas, porque, ha dicho, el ejecutivo de Mariano Rajoy “ya sabe cuál es nuestra posición”.
“Apostamos por la divisa del diálogo y también la asumimos como grupo parlamentario, pero no basta con CiU; la otra parte debe tener voluntad también”, recalcó Duran.
Todas estas llamadas al diálogo tienen un objetivo claro en el corto plazo. La Generalitat aspira a que en los próximos dos meses el Gobierno encuentre la forma de flexibilizar los objetivos de déficit de las autonomías para 2013 por más que este viernes Mariano Rajoy cerrara la puerta a esta posibilidad. El tijeretazo adicional de la Generalitat este año, y en buena medida la estabilidad política catalana, dependen de la severidad de los ajustes.
Y mientras dure esta negociación con el Gobierno los órdagos soberanistas quedarán más o menos en segundo término. Ayer mismo, la vicepresidenta catalana, la también democristiana Joana Ortega, dejó claro que la consulta soberanista “no es la primera prioridad” del Ejecutivo catalán, sino que su primer objetivo es “reactivar la economía”.
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