Un empresario preso blanqueó 9.000 euros al mes durante años para Gao Ping
Prestaba su empresa para enviar dinero a las cuentas de la organización en bancos chinos
El tamaño de su empresa, la inmobiliaria Housing Invest, era minúsculo en comparación con el volumen de ventas que manejaba. Eso es lo que sorprendió a la policía del empresario catalán nacionalizado en Andorra Oriol Mestre, detenido en la Seu d’Urgell (Lleida) junto a la frontera con ese país el pasado viernes, en relación con la gran organización china de contrabando y blanqueo liderada por Gao Ping. El juez Andreu lo envió a prisión incondicional el lunes.
Como en el caso de otros empresarios imputados por participar en la trama —como el vasco Patxi Garmendia o el actor porno Nacho Vidal—, su función era prestar su propia empresa para enviar dinero a las cuentas de la organización en bancos chinos. Mestre llevaba años haciéndolo. El empresario catalán recibía dinero de la organización criminal, que justificaba mediante la simulación de servicios que jamás prestaba pero que se recogían en las facturas falsas que redactaba. Después, desde sus cuentas bancarias en Andorra, transfería el dinero a las cuentas de los integrantes de la trama en China a ritmo de 9.000 euros al mes. Esas transferencias mensuales llevaban repitiéndose varios años, según fuentes de la investigación.
Otra de las detenidas —después puesta en libertad, aunque imputada por cohecho y prevaricación—, la funcionaria de la Subdelegación del Gobierno en Zamora María Pilar García Vicente, está relacionada con las actividades de inmigración ilegal atribuidas a la organización de Gao. Los investigadores la pusieron en el punto de mira tras comprobar que el inmenso número de permisos de residencia de ciudadanos chinos emitidos en ese organismo no casaba bien con la población de esa nacionalidad residente en la provincia.
García Vicente aseguró ante el juez Andreu que eran los propios inmigrantes chinos los que habían elegido esa subdelegación para regularizar su situación, al considerarla más descargada por estar situada en una ciudad pequeña. Los investigadores, sin embargo, consideran que la funcionaria se ofreció a agilizar los expedientes a cambio de pequeños regalos de los miembros de la red, como bolsos o viajes.
La organización criminal también había creado un sistema de préstamo extrabancario basado en la extorsión, que llevaba la rama de la organización más violenta, liderada por Hai Bo. El sistema, según los investigadores, consistía en esclavizar al prestatario mientras mantenía su deuda. En caso de que se negara a pagarla, la red recurría a las amenazas contra él y su familia, como la de cortarles las manos y los pies. A este sistema de préstamo recurrían ciudadanos chinos y pequeños empresarios ante sus problemas para aprender el idioma o las dificultades para obtener su residencia legal.
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