La crisis equilibra la balanza
El Gobierno busca la complicidad de las multinacionales germanas Un centenar de empresarios de los dos países se reúnen hoy en La Moncloa
“Tenemos, por primera vez, una balanza comercial en positivo con Alemania. Es decir, España es un país serio”. Las palabras de Mariano Rajoy en la entrevista publicada el pasado domingo por cuatro diarios europeos —entre ellos, el español Abc— pueden pecar de triunfalistas. En los seis primeros meses de este año, las exportaciones españolas a Alemania sumaron 11.822 millones de euros y las importaciones 13.924, con una tasa de cobertura del 84,9%. En lo que sí tiene razón Rajoy es en que la balanza comercial se ha ido equilibrando, ya que en 2007 España vendía a Alemania menos de la mitad de lo que compraba. El reequilibrio se ha logrado, en cierta medida, gracias al crecimiento de las exportaciones españolas, que han aumentado en 2.000 millones (más del 10%) desde el último año anterior a la crisis; pero, sobre todo, por el desplome de las importaciones alemanas, que han caído en un tercio (13.000 millones) desde 2007.
Fuentes empresariales alemanas en España reconocen que la crisis económica y la caída del consumo interno son la causa de la caída de las importaciones de productos germanos, pero parecen asumirlo con el argumento de que “el desequilibrio anterior no era sano ni sostenible a medio plazo”. Los más optimistas creen que Alemania, que ya es el primer proveedor extranjero de España, podría convertirse en su primer cliente, superando a Francia, en pleno estancamiento económico. Pero también la locomotora alemana empieza a dar síntomas de agotamiento y, aunque las exportaciones españolas siguen crecimiento este año, lo hacen ya a menor ritmo.
María Ángeles Holgado, consejera de la Oficina Comercial de España en Berlín, cree que “es fundamental intensificar los esfuerzos de promoción” de los productos españoles y advierte de que algunas iniciativas “no requieren un elevado coste”, como contar con una página web en versión alemana o, al menos, inglesa. “Es importante conocer el mercado alemán, el marco regulatorio y las diferencias culturales. Aunque el inglés puede servir para los primeros, a largo plazo es muy útil contar con personal que domine el alemán y acredite un cierto conocimiento del país”, subraya.
A los productos tradicionales españoles, como frutas y hortalizas, se han sumado en los últimos años los automóviles (que ya suponen la principal partida de las exportaciones) o la moda. A ello hay que sumar el desembarco en Alemania de unas 200 empresas españolas que ocupan posiciones de liderazgo en sectores como telecomunicaciones, banca, ingeniería civil, siderurgia y química.
España es el décimo inversor extranjero en Alemania, con un stock acumulado de 16.000 millones de euros y una inversión de 1.200 millones en 2011, superior a la de Alemania en España. La inversión alemana en España se ha multiplicado por cinco desde 1993 hasta 2009, mientras que la de España en Alemania lo ha hecho por 17, según datos del Bundesbank.
Aún así, la presencia de las empresas españolas en Alemania no puede compararse a la de las germanas en España. Son un millar de filiales —algunas de ellas con un siglo de implantación en nuestro país— con un volumen de negocio de 49.000 millones y más de 155.000 trabajadores. Su inversión acumulada supera los 26.000 millones, lo que coloca a Alemania como el quinto inversor extranjero en España, tras Italia, EE UU, Francia y Reino Unido.
España confía en la apuesta de la industria alemana en favor del euro
Las relaciones económicas bilaterales se completan con el turismo. Alemania es el segundo emisor de turistas hacia España, tras el Reino Unido, con nueve millones en 2011. No obstante, su gasto se ha reducido en los últimos años y en 2009 fue un 6% menos que el año anterior.
Las empresas germanas asentadas en España son, según fuentes de la Cámara de Comercio Alemana para España, las primeras interesadas en que España no abandone el euro y, por tanto, las mejores aliadas de Rajoy en su empeño por convencer a Merkel de que permita el Banco Central Europeo (BCE) para que compre deuda española y relaje así la asfixiante presión de los mercados financieros.
Los principales directivos de muchas de estas compañías participarán hoy en el encuentro empresarial que se celebra en La Moncloa en paralelo a la reunión entre la canciller germana y el presidente del Gobierno español. La idea surgió en una reunión anterior de ambos mandatarios, quienes le encargaron la organización a los presidentes de las dos patronales, Juan Rosell, de la española CEOE, y Hans Peter Keitel, de la germana BDI.
La crisis económica equilibra la balanza comercial entre los dos países
Aunque los empresarios eludirán inmiscuirse en debates políticos, se espera que del encuentro salga una apuesta inequívoca a favor del euro como instrumento esencial para la superación de la crisis. Todo un guiño hacia Merkel y Rajoy, quienes clausurarán el encuentro.
El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, aprovechará la inauguración del seminario para defender las medidas adoptadas por el Gobierno para ajustar el gasto público y mejorar la competitividad de la economía española, mediante las reformas estructurales y la eliminación de trabas administrativas a la actividad empresarial.
Además, el Gobierno quiere aprovechar este foro para mejorar la imagen de España como plataforma para la expansión de las empresas alemanas hacia otros mercados, como el latinoamericano. Aunque no se espera que se anuncien inversiones concretas, se repasarán las relaciones bilaterales y la complementariedad entre los tejidos empresariales de los dos países. En las mesas redondas se debatirá también sobre la formación profesional y el modelo dual alemán, que prima la formación práctica en el seno de las empresas sobre la académica; la importancia de la investigación (I+D+I) como motor de la competitividad o la del acceso a la financiación y la reducción de las cargas administrativas.
Una agenda de ocho horas
- Jueves a las 8.30. Inauguración del encuentro empresarial hispano-alemán a cargo del ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, y con las intervenciones del presidente de la BDI (la federación de industrias alemanas), Hans Peter Keitel, y del presidente de la CEOE, Juan Rosell.
- 13.00. Llegada de Merkel a La Moncloa y entrevista con Rajoy.
- 14.35. Conferencia de prensa conjunta de Rajoy y Merkel.
- 15.10. Clausura del encuentro empresarial hispano-alemán, con las intervenciones de Rajoy y Merkel.
Entre el centenar de participantes del evento, que se celebra a puerta cerrada, habrá directivos de empresas alemanas presentes en España como Siemens, Seat, Bayer, Gestamp o Thyssenkrupp y de españolas implantadas en Alemania como Telefónica, Banco Santander, Iberdrola, BBVA o Abengoa.
También ha sido invitados responsables de la Federación Alemana de Sindicatos y de los sindicatos españoles UGT y Comisiones Obreras, lo que no resulta sorprendente ya que Merkel tuvo el detalle de recibir en Berlín a sus secretarios generales, Cándido Méndez e Ignacio Fernández Toxo antes de que lo hiciera el propio Rajoy.
Por parte del Gobierno intervendrán también el secretario de Estado de Comercio, la consejera delegada del Instituto de Comercio Exterior (ICEX), la secretaria de Estado de Investigación Desarrollo e Innovación y el presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO).
El Gobierno ha querido dar el máximo realce a este encuentro empresarial, buscando la complicidad de las multinacionales germanas en un momento en que las relaciones políticas entre Rajoy y Merkel, antes tan estrechas, se han enfriado notablemente por la resistencia de la segunda facilitar oxígeno a su correligionario político. Está por ver si Rajoy sabrá ganárselos como aliados.
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