Los hombres del ‘Chapo’ Guzmán viajan en ‘business’

El Chapo, Joaquín Guzmán Loera, es una leyenda criminal en México. Es el jefe del cartel de Sinaloa, multimillonario, el narco más poderoso, una de las 100 personas más influyentes del mundo de acuerdo al ránking de la revista Forbes (ocupaba el número 55º en 2011), uno de los delincuentes más buscados por Washington... Nadie sabe dónde está, y corren mil rumores sobre sus andanzas. Mientras, sigue delinquiendo. El Cuerpo Nacional de Policía, en una operación conjunta con el FBI llamada Dark Waters (aguas oscuras) que se inició en 2009, ha puesto freno a su intento de expandir su imperio a Europa.

Durante los dos últimos años la organización ha buscado la forma de establecerse en España para, desde aquí, vender droga en distintos países europeos. Algunos miembros del cartel han viajado a Madrid al menos en dos ocasiones (en marzo de 2011 y entre finales de julio y principios de agosto de este año) para hacer contactos y establecer el negocio. Pero el último viaje acabó con el arresto de cuatro destacados miembros de la organización. Días antes, el 27 de julio, habían tratado de introducir en España 373 kilos de cocaína a través del puerto de Algeciras (Cádiz). No es una cantidad demasiado grande, pero los investigadores aseguran que los narcos cada vez mandan envíos más pequeños ante la posibilidad de que sean interceptados y las pérdidas sean inasumibles.

Los detenidos, el pasado 7 de agosto, son un primo del Chapo, Jesús Gutiérrez Guzmán; el abogado y militante del PRI Rafael Humberto Celaya Valenzuela; Samuel Zazueta Valenzuela y Jesús Gonzalo Palazuelos Soto. El primo del Chapo era el jefe del grupo. Celaya, presuntamente, el encargado de arreglar jurídicamente el negocio que empezaba.

Celaya, el más culto y con más formación, es un abogado simpatizante del Partido Revolucionario Institucional (PRI). Trató de presentarse a unas elecciones como diputado por Sonora (lo que no logró). En Facebook hay una foto suya en un mitin con el actual presidente de México, Enrique Peña Nieto. Su nivel económico queda acreditado con las fotos de un viaje a Madrid en clase business que realizó en julio 2010, cuando la policía española aún no le seguía la pista.

Tres de los arrestados habían venido previamente a Madrid en marzo de 2011. Como la vez anterior, llegaron a España por separado y marcharon cada uno por su cuenta, en días distintos. Se alojaron en tres hoteles de lujo (solo dos de ellos estaban en el mismo lugar), y mantenían reuniones en el Hotel Palace, como si fueran importantes ejecutivos mexicanos. Se sentían seguros porque se habían hecho algunas pruebas en el puerto con contenedores suyos llenos de fruta, para verificar qué tipo de controles se llevaban a cabo y todo había salido bien. El negocio que pensaban establecer en España implicaba que el cartel se encargara directamente de la distribución de la droga, para lo que debían crear una estructura organizativa que se encargara de ello.

Los detenidos no opusieron resistencia. Uno de ellos incluso pidió amablemente que le guardaran el recibo de un gran almacén español para pedir que le devuelvan los impuestos cuando salga de España. Otro de ellos aseguró que era ganadero, aunque no recordaba cuánto ganado tenía.

La operación, llevada a cabo por la sección de relaciones internacionales de la Brigada Central de Crimen Organizado, se ha seguido en el juzgado número 5 de la Audiencia Nacional. La causa está secreta. EE UU tiene ahora 40 días para pedir a España la extradición de los cuatro detenidos.