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13 años para cobrar 133 euros

Un empresario logra que el Ayuntamiento de Jerez le pague unas coronas de Reyes Magos realizadas en 1999

Jerez de la Frontera -
Eduardo Gago, con camisa blanca y vaqueros, rodeado de su equipo
Eduardo Gago, con camisa blanca y vaqueros, rodeado de su equipo

Si la paciencia es una virtud, el empresario aragonés Eduardo Gago es uno de los más virtuosos de España. Como proveedor del Ayuntamiento de Jerez de la Frontera (Cádiz) ha esperado 13 años para cobrar una deuda de 133 euros por las coronas que lucieron los Reyes Magos en la cabalgata de esta localidad gaditana en 1999. Además de paciente, Gago, responsable de la empresa Aragonesa de Fiestas desde la jubilación de su padre y conocedor del negocio familiar desde los 10 años, ha sido también un ejemplo de constancia. Como una gota malaya, cada año reclamaba al Consistorio su factura por las dos coronas artesanas con idéntico resultado.

A finales del pasado mayo, el Ayuntamiento de Jerez (212.000 habitantes), el segundo del país con mayor deuda comercial tras Madrid, liquidó facturas pendientes con sus proveedores por valor de 300 millones. Gracias a la línea de crédito del ICO, el Consistorio ha logrado saldar débitos que arrastraba desde hace 19 años. En el listado de acreedores hay 450 empresas y 12.999 facturas. Entre todas ellas, una de las más bajas es la de las dos coronas de latón por las que el padre de Eduardo Gago pidió “veintitantas mil pesetas”.

Los impagos se han generalizado en las Administraciones. Por eso, en la fábrica maña, desde hace tres lustros, una empleada se dedica a reclamar facturas a las delegaciones de Fiestas de Consistorios de todo el país.

El plan de pago a proveedores ha inyectado oxígeno a Aragonesa de Fiestas, pero en el camino de los impagos se han quedado varios trabajadores. “Quiero confiar en que esto sea un punto y aparte”, comenta el empresario tras buscar en sus archivos algunos recibos históricos. “No es admisible que un Ayuntamiento hable de abonar un servicio en dos o tres años como si fuera algo normal. Hemos llegado a un punto en el que si alguien me dice que me paga en seis meses, aplaudo con las orejas, y eso no es normal ni razonable”, se queja.

En las delegaciones de Fiestas de las Administraciones locales se impone ahora la austeridad y los encargos en esta fábrica aragonesa caen en picado. Sin embargo, Gago, que dice haber aguantado en estos últimos tiempos hasta casi ahogarse, prefiere no retroceder al pasado. “No quiero que vuelvan a pedirme lo que no me van a pagar”, arguye.

La factura más antigua reclamada al Ayuntamiento de Jerez se remonta a 1993. Corresponde a un recibo de 4.000 euros de Jerezana de Electrificaciones, una empresa devorada por las deudas. El Consistorio nunca pagó este débito. Hoy, en el lugar que ocupaba este negocio hay un garaje de un edificio en venta que fue adquirido hace 15 años por una empresa especializada en la compra de inmuebles embargados. “De ese negocio no queda nada”, confirman los vecinos.

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