Los presos de ETA de las próximas citas ya se han reunido antes con víctimas
Caride Simón, del comando Barcelona, volverá a reunirse con una víctima del atentado de Hipercor Fernando de Luis Astarloa se verá con un damnificado directo de sus delitos
Los dos presos que participarán en las próximas citas con víctimas de ETA anunciadas por Interior el jueves (encuentros que ahora el ministerio llama “reparadores”, en vez de “restaurativos” como hacía el anterior Gobierno), ya participaron en fases anteriores del programa. Esta será su segunda reunión con víctimas. Se trata de Fernando de Luis Astarloa, condenado a 100 años por dos asesinatos y otros atentados, y Rafael Caride Simón, ejecutor de la matanza de 1987 en Hipercor (21 fallecidos) y sentenciado a 790 años. Ambos están acogidos a la vía Nanclares. Astarloa se reunió en 2011 con una víctima que no tenía nada que ver con sus propios delitos y Caride se citó con Rosa. M. P., víctima del atentado de Hipercor, en noviembre. Se trata de dos presos, por tanto, con experiencia en este tipo de reuniones, y que han trabajado previamente con mediadores que les han preparado para ello. Los próximos encuentros, sin embargo, no se sabe cómo se van a desarrollar.
El próximo interlocutor de Astarloa será un familiar de un asesinato por el que fue condenado; una víctima a quien llamó el juez de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional cuando se estaba tramitando la libertad condicional del preso para informarle del expediente. En ese momento se le planteó la posibilidad de un encuentro y la víctima se interesó, aunque la cita aún no tiene fecha concreta. El interlocutor de Caride será Roberto Manrique, víctima de Hipercor, que solicitó la cita ante la Dirección General de Víctimas del Terrorismo tras haber anunciado su voluntad en distintos medios de comunicación.
El ministro, Jorge Fernández Díaz defendió ayer el programa de reinserción en el que se encuadran estos encuentros tras las críticas de algunas asociaciones de víctimas. Fernández aseguró que “forman parte de la normalidad penitenciaria”. Hasta el momento se han celebrado 11 cara a cara entre internos y víctimas de ETA. El programa lo impulsó el anterior ministro del Interior, el socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, con la colaboración del Gobierno vasco. Y el Ejecutivo del PP asumió estos encuentros dentro de su plan de reinserción de presos que hizo público a finales de abril.
Interior anunció el miércoles pasado que la nueva fase de entrevistas estaba a punto de comenzar, pero que, a diferencia de la anterior, estas nuevas reuniones no serían gestionadas por el Ejecutivo de Vitoria sino directamente por el ministerio. El Gobierno vasco ha puesto, a pesar de todo, a disposición de Interior su experiencia previa en los encuentros, en los que llevan trabajando más de un año y medio, y confían en poder colaborar con de alguna manera.
Fernando de Luis Astarloa, detenido en Francia en 1987 y extraditado a España se desvinculó por iniciativa propia de ETA en enero de 2010. Tras pedir perdón a las víctimas, renunciar a la violencia y empezar a hacer frente a las indemnizaciones derivadas de sus delitos, se acogió a la vía Nanclares. Su proceso culminó el pasado mayo, cuando el juez de vigilancia de la Audiencia Nacional decretó su libertad condicional. Actualmente se encuentra a la espera de la decisión sobre el recurso que el fiscal presentó contra esa resolución para impedir que, una vez libre, pueda residir en Bilbao ni visitar la ciudad. Curiosamente, la fiscalía pidió esta medida en nombre de las víctimas pero sin que estas lo hubiesen pedido cuando, por otro lado, había una víctima que había sí había solicitado un encuentro cara a cara.
Caride ha recorrido el mismo camino y ha rechazado la violencia, pero debido a su situación penitenciaria, todavía no ha disfrutado de ningún permiso. El anterior encuentro de este último se celebró el pasado noviembre en la cárcel de Navalcarnero (Madrid), adonde Caride (62 años) había sido trasladado temporalmente desde el centro penitenciario de Zaballa (Álava), donde cumple condena, para testificar en un juicio en la Audiencia Nacional. La víctima que se reunió con él, Rosa M. P., sufrió múltiples heridas y quedó sorda de un oído mientras hacía la compra con su marido y su hijo en Hipercor aquel 19 de junio de 1987 en el que el comando Barcelona, el que lideraba Caride, cometió el atentado más sangriento de todos los cometidos por ETA.
Durante su entrevista, Rosa M. P. se interesó por los sentimientos del exmiembro de la banda tanto en el momento de cometer el atentado, como ahora que ha renegado de la violencia. Caride, por su parte, reconoció el daño causado por él mismo y por ETA y aseguró que matar no era el camino para alcanzar objetivos políticos. También relató a su víctima los problemas que había tenido con la organización cuando decidió distanciarse.
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