El PSOE abre la puerta a pactar la reforma financiera pese a que no le gusta
La reunión del Consejo Territorial pone de manifiesto la crítica generalizada al decreto de Rajoy
De puertas afuera, el PSOE no ha fijado aún su posición oficial sobre la reforma financiera aprobada el viernes por el Gobierno de Mariano Rajoy. Deja así abierta la posibilidad de alcanzar un pacto con el PP en el Congreso, que permita introducir reformas en la tramitación parlamentaria. Pero, puertas adentro, la nueva legislación de los bancos no gusta y son muchas las voces que reclaman al secretario general, Alfredo Pérez Rubalcaba, que se oponga al decreto aprobado por el Consejo de Ministros mientras no haya garantías de que el dinero público no se inyecta a fondo perdido en los bancos con dificultades.
Pese a que Rubalcaba aseguró ayer en rueda de prensa que el asunto no había "ocupado el debate" en la reunión del Consejo Territorial —el órgano que reúne a la Ejecutiva y los barones territoriales, al que ayer se sumaron los portavoces parlamentarios y los secretarios de área de servicios públicos—, sí se escucharon voces críticas con la reforma, incluida la del propio líder socialista. En palabras de uno de los asistentes, fue una "reflexión común" de crítica al decreto de Rajoy.
El propio Rubalcaba expuso en esa reunión los tres peros, uno político y dos de corte técnico, que le pone al decreto del PP y que ya han sido trasladados al Gobierno a través del ministro de Economía, Luis de Guindos, según fuentes socialistas. El primero ya lo había dicho públicamente el propio Rubalcaba: que la sociedad no puede concluir que hay dinero para ayudar a los bancos en dificultades, pero no para los servicios públicos. "Ningún pensionista entendería que le cobren por sus medicinas y, a continuación, haya dinero para rescatar a un banco", dijo el lunes el líder socialista, nada más conocerse la intervención de Bankia.
Por tanto, insistió Rubalcaba ante los barones socialistas, si el PP busca el apoyo del PSOE para no asumir en solitario el coste social de la reforma financiera, los socialistas pedirán que se amplíe el foco de la discusión también a los servicios públicos.
Las otras dos pegas tienen que ver con la falta de garantías para el caso de pérdidas en los bancos. Según dijo Rubalcaba, en la reforma aprobada no figura la opción, como existía hasta ahora, de que, en caso de pérdidas de una entidad intervenida, se haga cargo el Fondo de Garantía de Depósitos. Por eso, cualquier nueva inyección de dinero público a un banco en dificultades no tendría garantías de ser recuperada por el Estado.
Además, el líder socialista señaló que no está de acuerdo con el aumento de las provisiones —Guindos anunció el viernes que aumentan a 28.000 millones de euros— que deben mantener las entidades bancarias y que puede llevar a algunas a entrar en pérdidas. Eso, dijo Rubalcaba, provocará que vayan cayendo bancos y cajas, que además deban ser intervenidas, sin que encima haya garantías de que esos fondos públicos se devuelven.
Después de cuatro meses [de Gobierno del PP], lo que estaba mal en España ha ido a peor y, lo que estaba bien, lo están destrozando"
Alfredo Pérez Rubalcaba
Tras la intervención del secretario general, en las sucesivas reflexiones sobre este asunto se puso de manifiesto que los socialistas creen que era necesaria una reforma financiera, pero que se opondrán a la aprobada por el Gobierno si se mantiene tal y como se ha presentado. De ahí que la declaración aprobada por el Consejo Territorial —no llegó a votarse— refleje las exigencias a la reforma de que los ciudadanos no se vean "perjudicados por el origen y desarrollo de esta crisis financiera" y que "el dinero público que se ponga (...) sea recuperado por los poderes públicos".
Al anunciar la postura oficial sobre este asunto a los medios, Rubalcaba aseguró que el decreto "es complicado" y se quejó de que el PSOE haya recibido esta misma semana "información distinta" de cómo iba a ser la reforma de lo que reflejaba el Boletín Oficial del Estado, donde ayer se publicó. No quiso, por tanto, avanzar la postura oficial que adoptará, pero también porque la estrategia era enviar un mensaje de consenso.
De hecho, Rubalcaba propuso en la misma rueda de prensa "tres grandes pactos" —uno entre los partidos políticos, otro institucional, con las comunidades autónomas, y otro social, con empresarios y sindicatos— para resolver la "angustiosa" situación que vive España. "Después de cuatro meses [de Gobierno del PP], lo que estaba mal en España (empleo, economía) ha ido a peor y, lo que estaba bien (educación, sanidad, igualdad...) lo están destrozando", fue su diagnóstico de situación.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.