El Gobierno se vuelca en conjurar el miedo ante la subida del IVA

Si los miembros del Gobierno no se cansan de repetir en público que el presidente, Mariano Rajoy, ha tomado más decisiones en cuatro meses que su antecesor, José Luis Rodríguez Zapatero, en dos legislaturas, tampoco ocultan su preocupación por esas mismas decisiones. La sombra de la impopularidad y el desgaste sobrevuelan al Ejecutivo, al igual que la amenaza de la intervención. Por esta razón, un día después de que el titular de Economía, Luis de Guindos, anunciara la subida del IVA en 2013, la consigna consiste ahora en tranquilizar. A los electores, en primer lugar, pero también al propio PP, molesto con reformas que contradicen lo que ha defendido y sigue defendiendo. No en vano, el propio Rajoy defendió en campaña que no subiría el IVA y ha negado hasta el último minuto que fuera a hacerlo.

En la tarea de llamar a la tranquilidad se han volcado hoy la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, y el secretario de Estado de Hacienda, Antonio Beteta. Y lo han hecho en los congresos de los populares en Madrid y La Rioja, un escenario ideal, sin réplicas y arropados por las bases de un partido que necesita mensajes de confianza de sus dirigentes, aunque supongan un ejercicio de malabarismo retórico.

Es el caso de Montoro, que ha asegurado hoy que el Gobierno “no subirá los impuestos, sino que cambiará su ponderación para favorecer el crecimiento y la creación de empleo”. El titular de Hacienda ha recalcado en el congreso del PP de La Rioja que la prioridad del Gobierno es el empleo, la creación de actividad económica y, para eso, hay que cambiar la “ponderación” de los impuestos, como recomienda la UE.

El ministro de Hacienda ha insistido también en que se han subido impuestos de manera "equitativa" y "temporal", "hasta que la tempestad amaine", porque hay una desviación del déficit. Además, Montoro ha puntualizado que no cree que subir impuestos sea la manera de crecer y crear empleo, "en absoluto".

En la misma línea ha hablado también, en el congreso de Madrid, el secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, con un mensaje que pretendía animar a los suyos. “El dinero público tiene dueño: los ciudadanos”, ha dicho antes de apelar a una política económica “basada en la libertad”. “Eso se respeta en Madrid. ¿Despilfarro? ¡Fuera!”.

Santamaría, por su parte, ha intentado transmitir su mensaje de confianza. "Sentimos el aliento de un pueblo que nos ha votado y de los militantes que nos habéis dado las ideas y el impulso”, ha asegurado la mano derecha Mariano Rajoy, que ha vuelto a culpar a la herencia del PSOE para justificar las medidas adoptadas. “El presente es la consecuencia del pasado, de la deuda, que nos obliga a tomar medidas para salir adelante”, ha agregado.

Santamaría, que se ha referido a sí misma como afiliada “de base” del distrito de Salamanca, ha pedido un esfuerzo colectivo. “¿Qué sentiría yo si teniendo un niño no tuviera trabajo?”, se ha preguntado. “A toda esta gente les pido confianza y les ofrezco el compromiso del Gobierno y del PP”.

Para animar a los suyos, la vicepresidenta ha evocado además el panorama de crecimiento económico que coincidió con los años de gestión de José María Aznar. “Quiero trasladar un mensaje de esperanza y optimismo. España es el mismo país del año 2000, con las mismas ideas y valores”, ha afirmado. “Pido esfuerzo para que España vuelva a ser lo que fue”, ha insistido. “Habrá que trabajar mucho, pero podemos hacerlo y lo vamos a hacer”.