Wert: “La España Moderna no podrá ser entendida sin la figura de Fraga”

La Real Academia de Ciencias Morales y Políticas rindió ayer homenaje en su sede de la plaza de la Villa al recientemente fallecido Manuel Fraga Iribarne, ex ministro del régimen de Franco, letrado de las Cortes, diplomático, catedrático, ponente constitucional, fundador de Alianza Popular y presidente de la Comunidad Autónoma de Galicia, que durante 50 años ocupó el asiento 28 de la institución académica. La representación gubernamental en el homenaje correspondió a José Ignacio Wert, ministro de Educación, Cultura y Deporte que aseguró que “la Historia de la España Moderna no podrá ser entendida sin la figura de Manuel Fraga”.

Entre los presentes se hallaban el arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco; ex ministros del Partido Popular como Jaime Mayor Oreja y Pilar del Castillo; ex parlamentarios conservadores como Fernando Suárez y Miguel Herrero de Miñón, así como gran parte del cuerpo académico, cuyo presidente, el ex ministro de Asuntos Exteriores Marcelino Oreja, marqués de Oreja, tomó la palabra junto con los académicos Juan Velarde y Salustiano del Campo.

Este catedrático de Sociología glosó la figura de Manuel Fraga, al que atribuyó la condición de ser “el político español más pactista desde Antonio Cánovas” y también “el más realista”. De igual modo, señaló Del Campo, “Fraga supo moverse (en la política) sin contagiarse entre políticos de dudosa probidad”. Luego, con la voz quebrada, subrayó que “a Fraga le sobrevino la muerte en un piso de apenas 90 metros cuadrados, más propio de un opositor que de una personalidad de su importancia”.

El economista Juan Velarde resaltó que ya desde las Milicias Universitarias, que realizó en el campamento de El Robledo de la Granja en 1945, “Manuel Fraga”, pese a ser de un arma distinta, “nos era puesto como modelo” a los aspirantes a oficiales de complemento.

En otro momento de su glosa, Velarde agradeció “los insumos científicos” en sus concepciones económicas, recibidos de Manuel Fraga, al que definió como “hombre impar en el mundo intelectual y en el político”, para calificar luego de “gigantescas las dimensiones de su biblioteca y su hemeroteca”. Citó además una frase del homenajeado según la cual “cuando los Estados se debilitan se fortifican los mejor armados” en referencia a una vocación civilista que asignó al académico finado.

Para Marcelino Oreja, presidente de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, que repasó el currículo del homenajeado y de sus cometidos y logros académicos, “resultaba muy difícil replicar a los argumentos que de manera tan enérgica solía sostener porque, generalmente, llevaba razón”. Atribuyó a Fraga la condición de haber sido “el primer ministro aperturista” (del régimen de Franco), y el haberse desenvuelto en su acción política “entre la enemistad de los inmovilistas, los intentos rupturistas y entre aquellos dominados por la sed de mandar por mandar”. El ex ministro de Exteriores Oreja subrayó el interés permanente de Fraga por la política exterior de España y aseguró que “apoyó al ministro Fernando María Castiella” en asuntos de la importancia de “la descolonización de Guinea Ecuatorial y Gibraltar”, así como “en el rechazo a la renovación automática de los acuerdos con los Estados Unidos” durante la revisión de 1968.

Cerró el homenaje José Ignacio Wert, ministro de Educación, sociómetra y procedente de la antigua Unión de Centro Democrático, que citó un poema de lord Tennysson sobre la carga de la Brigada Ligera, metáfora que empleó para remarcar la importancia de Manuel Fraga en la “carga contra el inmovilismo y por la modernización de España” para consumar la transición de la dictadura a la democracia, tras haber decidido en su juventud, “en unos ejercicios espirituales, consagrarse a mejorar España y su malparada economía”. Como colofón Wert destacó de Fraga que “su valentía a lo largo del siglo XX, le procuró la gloria”.