Amigos para siempre
Martínez de Irujo se disculpa por llamar vagos a los andaluces y planea colaborar con jornaleros
Amigos para siempre, como dice la canción de los Juegos Olímpicos de Barcelona, así parece que han quedado Cayetano Martínez de Irujo, conde de Salvatierra, y los líderes del Sindicato Andaluz de Trabajadores (SAT) Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo. El milagro se ha producido hoy, tras casi dos horas de reunión en la finca Las Arroyuelas, en la fértil vega de Carmona (Sevilla), donde esta mañana llegaron casi un centenar de jornaleros de distintos pueblos andaluces para pedir al hijo de la duquesa de Alba que se disculpe por decir en un programa de televisión –Salvados de La Sexta- que en Andalucía hay pocas ganas de trabajar.
Tras el encuentro, Cañamero ha asegurado que la reunión ha sido “agradable, satisfactoria y civilizada” y que Cayetano Martínez de Irujo se ha comprometido “a pedir disculpas públicamente” por sus palabras, a crear, financiado por la Casa de Alba, “un centro de formación para los trabajadores en la Sierra Sur de Sevilla” y a estudiar un proyecto para poder comercializar productos de las explotaciones agrícolas que tiene la Casa de Alba junto a las cooperativas que el SAT explota en la finca Los Humosos, de Marinaleda.
Para el conde de Salvatierra, la reunión ha sido “extremadamente positiva”. “He aprendido mucho de los problemas que tienen los jornaleros. Cosas que, a pesar de dirigir una explotación agrícola, no conocía”. Tras pasar esta fría mañana con los representantes del SAT, Martínez de Irujo admitió que el PER es “un mal menor” en el campo andaluz y aclaró que en sus declaraciones del pasado día 11 -cuando dijo que en Andalucía hay desgana por el trabajo”- se refería “a un grupo reducido de andaluces”.
Así que lo que comenzó con cierta tensión por parte de ambas partes, terminó como la seda. Los jornaleros, llegados de pueblos de la provincia sevillana como Morón, Osuna, Paradas y Fuentes de Andalucía y de la gaditana, como Puerto Serrano y Espera, acudieron a la cita con el conde, pactada la pasada semana tras una ocupación pacífica de Las Arroyuelas, mucho antes de la hora prevista: las once de la mañana. La finca, unas 1.500 hectáreas de cultivos de secano como el trigo, la cebada, el girasol, es solo una de las 12 que la Casa de Alba posee en las provincias de Sevilla y Córdoba y que, juntas, suman 8.000 hectáreas.
"Queremos trabajo"
“Los vagos queremos trabajo”, entonaron los jornaleros cuando Martínez de Irujo se acercó a la entrada del cortijo y acompañó a la comitiva, por un paseo de palmeras, hasta el caserío. En varias pancartas podía leerse: “Cayetano, tu tienes la tierra, nosotros 1.200 personas dispuestas a trabajarla”.
Pero el entendimiento no ha llegado a tanto y respecto una de las reivindicaciones que el SAT le ha entregado en un escrito, “que parte de las propiedades de la Casa de Alba puedan ser arrendadas a precios asumibles o simbólicos para que ayuden a paliar la situación”, el conde de Salvatierra dijo que sería “desvestir a un santo para vestir a otro”. “Esas tierras no van a estar mejor cultivadas, ni mejor explotadas ni van a generar más trabajo del que generan ahora”, asegura.
Así que ese será otro capítulo, porque las últimas palabra de Cañamero han sido para recordar una reivindicación histórica: “Pedimos al Gobierno del PP y al del PSOE en Andalucía que apliquen una reforma agraria que entregue la tierra a los organismos públicos, para que nadie más nos insulte con los subsidios y con el PER, porque no los queremos, lo que queremos es trabajar”.
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