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Asesinado horas después de entregarse

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica recupera en Sevilla los restos de un minero fusilado en 1938.- Es la primera fosa abierta después de las elecciones

Natalia Junquera
Exhumación en la localidad sevillana de El Álamo.
Exhumación en la localidad sevillana de El Álamo.ARMH

Habían dicho que no le pasaría nada. Que si no tenía delitos de sangre, no había de que preocuparse. Pero la madrugada del día en que decidió entregarse, el 10 de febrero de 1938, Nicomedes Fernández, minero de Nerva (Huelva) fue asesinado. Tenía 33 años.

La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica está abriendo ahora la fosa donde fue arrojado, una cuneta en la carretera que une las localidades de El Álamo y Villargordo (Sevilla) y donde se cree fue enterrado otro minero fusilado ese día. Su sobrino, Santiago Fernández, de 62 años, ha promovido la exhumación. "Se lo prometí a mi madre cuando se estaba muriendo". Esta es la primera fosa del franquismo que se abre después de las elecciones. Los colectivos para la recuperación de la memoria histórica temen que el nuevo Gobierno de Mariano Rajoy retire las subvenciones, pero están decididos a continuar su labor, pase lo que pase.

Antes de morir, Nicomedes Fernández había pasado varios años escondido. Primero, en el monte. Luego, en un altillo del domicilio familiar. Su hermano, Benito, había sido fusilado en diciembre de 1936. "Dejó mujer, dos hijos pequeños y uno más en camino. Los dos hombres que había en la familia murieron de forma violenta. Mi madre, mi abuela y mi tía tuvieron que salir adelante solas", cuenta Santiago. "Ocho años más tarde, el marido de mi tía, también minero, murió por un accidente en el trabajo".

Nicomedes tenía novia cuando lo mataron, pero tras el asesinato de su hermano, había decidido posponer la boda hasta tener una buena situación económica para su madre y sus dos hermanas, relata Santiago. Era de izquierdas y estaba comprometido con varios grupos sindicales de la zona.

Los asesinos le mataron en la misma cuneta y dejaron los cuerpos al aire. "El sitio está a 200 metros del pueblo, así que se oyeron los tiros. Un hermano de mi abuela vino y los enterró aquí mismo después de llegar a un acuerdo con alguna autoridad", relata Santiago, que después de esta exhumación, planea seguir buscando a su otro tío, Benito.

 

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.

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