Rajoy teme que la deuda española quede “estigmatizada” tras la cumbre

Hace unos meses, después de ganar las elecciones municipales de mayo, Mariano Rajoy estaba muy tranquilo. Daba su victoria por hecha y nada le preocupaba. Ahora, el líder del PP está muy inquieto. Sigue viendo la victoria muy fácil, sus analistas de encuestas incluso dan ya por hecha la mayoría absoluta, pero cada vez está más asustado con la situación económica que le espera. Ayer mismo, el líder reunió al Comité de Dirección, la cúpula del partido, y les trasladó una enorme preocupación por la cumbre europea de mañana, a la que dedicaron buena parte de la reunión.

Rajoy teme que se tomen allí decisiones que perjudiquen a España e Italia, sobre todo a la deuda de ambos países, y que eso condicione definitivamente una tarea de Gobierno que cada vez se ve más complicada en la cúpula del PP.

La última propuesta, que suaviza mucho la inicial, implica una depreciación de la deuda en manos de los bancos españoles de unos 3.000 millones de euros, algo que ellos mismos creen que es asumible. Pero en el PP preocupa que las fórmulas intermedias que se busquen en las últimas horas puedan resolver la situación de los bancos, pero dejen marcada a la deuda española y haga muy difícil sacarla al mercado en el futuro, lo que complicaría mucho la labor de Gobierno de Rajoy. Él ya tiene en la cabeza que los planes que manejaba hace tiempo, cuando hablaba de bajar impuestos de forma generalizada, son irrealizables, y además tendrá que hacer unos recortes en 2012 de hasta 30.000 millones de euros para alcanzar el objetivo del 4,4% de déficit.

El líder de la oposición está en contacto frecuente con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero. Y ya le ha trasladado su inquietud en privado por la cumbre de mañana. Ayer, además de compartir esa preocupación con los suyos, la hizo pública en parte en una entrevista en la Cadena COPE.

Rajoy afirmó que la cumbre europea de mañana es de una “importancia capital” y que el Gobierno tendrá el apoyo del PP para defender la deuda española. De hecho, los populares han cambiado radicalmente su actitud y desde el verano, con el pacto constitucional, ya no rechazan todos los planes del Gobierno e incluso han facilitado que se aprueben con su abstención. Hasta julio hacían exactamente lo contrario, lo que puso en riesgo varias votaciones, tanto que la principal de ellas, la de los recortes de 2010, salió por un solo voto.

Rajoy explicó ayer que España, al menos desde hace un siglo, no ha dejado de pagar la deuda, y por eso confía en que “no se ponga en tela de juicio” la solvencia española. Por eso teme que de las decisiones que se tomen en la cumbre la deuda española “quede estigmatizada” porque entonces nadie querría comprarla. “Eso es lo peor que nos podría pasar. Nos jugamos muchísimo, no para 48 horas, sino para los años siguientes”, dijo después de recordar que le alarma que el BCE siga comprando deuda española porque eso es un síntoma de que “el mercado no la compra”.