Bruselas desvela el futuro ferroviario

El futuro ferroviario de España depende de dos mapas. La Comisión Europea desvelará hoy los ejes ferroviarios que serán prioritarios a medio (2014-2020) y largo plazo (hasta 2030) y que se beneficiarán de buena parte de los 32.000 millones en subvenciones, con los que Bruselas pretende tejer una red de transporte de pasajeros y mercancías, que sólo en España superará los 2.500 kilómetros.

España aspira a captar financiación –que puede rozar el 30%- para cuatro corredores y mantener las ayudas para del Eje central (Algeciras-Canfranc por el interior), que fue declarado prioritario en 2003 con José María Aznar en el Gobierno y Loyola de Palacio como comisaria de Transportes comunitaria. El corredor Mediterráneo, que conectará a través de 1.300 kilómetros Algeciras y Perpiñán por el litoral, recibirá el reeconocimiento por primera vez, según fuentes del PP europeo, que confían en que Bruselas contempla también en su Red Transeuropea el llamado eje Atlántico Mediterráneo, que discurre entre Sines, al sudeste de Portugal, y Valencia. “La decisión abre un proceso y, con él, las negociaciones”, previene Luis de Grandes, portavoz del PP en la Comisión de Transporte del Parlamento Europeo, en alusión a un trámite parlamentario que puede prolongarse un año.

Ante Bruselas, España ha mantenido un discurso único, uniforme. El ministro de Fomento, José Blanco, ha defendido una red “mallada”, ramificada, ajena al centralismo de la etapa del PP. “Se trata de una cuestión de Estado, aunque el PP siempre ha aplicado su concepto de España a las comunicaciones ferroviarias”, defiende el portavoz socialista de Transportes en el Congreso, Rafael Simancas. “Lo importante de las comunicaciones ferroviarias es que estén bien conectadas con los puertos”, matiza Antonio Serrano, catedrático de Ordenación del Territorio, que formó del último gabinete del ex ministro de Obras Públicas, Josep Borrell, que contemplaba antes de la victoria de Aznar la defensa ante Bruselas del Corredor Mediterráneo.

España, a la cola

El Gobierno no quiere perder el tren del transporte ferroviario de mercancías, que concentra en España el 4% de los movimientos comerciales, el nivel más bajo de la UE, donde el ferrocarril implica de media al 18% de las transacciones, según Eurostat. Alemania, alias la locomotora europea, donde el 26% de los negocios viajan en tren, encabeza la lista de Estados que apuesta por un medio de transporte limpio y eficiente.

Las prisas de España por ponerse al día suscitan una pregunta: ¿Es posible asumir las inversiones en pleno tsunami de tijeretazos? El socialista Rafael Simancas sostiene que, de mantenerse el ritmo inversor del Gobierno, sólo en desde 2004 ha invertido 10.000 millones en el corredor mediterráneo (de un total de 51.300), España culminará su red ferroviaria en 2024. Los defensores del ferrocarril esgrimen sus ventajas: bajos costes, escaso impacto ambiental y limpieza. Y aluden a las cifras: Las redes ferroviarias son ocho veces más eficientes energeticamente que el transporte por carretera y 600 que el aéreo. Si el tren centrase el 10% de los movimientos de mercancías en 2020, como prevé el Ministerio de Fomento, España se ahorraría al año el consumo equivalente a 460.000 hogares y 1,3 toneladas de emisiones de CO2, que es lo que producen un millón de viviendas. También, se atajarían gastos externos por valor de 233 millones, según un informe de la consultora PWC.