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CiU y PP escenifican desacuerdos pero extienden sus pactos

Los nacionalistas insisten, en cualquier caso, en que el modelo lingüístico es innegociable

Àngels Piñol
Simpatizantes independentistas durante una manifestación con motivo de la Diada Nacional de Cataluña.
Simpatizantes independentistas durante una manifestación con motivo de la Diada Nacional de Cataluña.EFE

Convergència i Unió (CiU) hizo ayer una pirueta con doble salto mortal y firmó otro pacto con el PP en plena crisis por sus diferencias por el modelo de inmersión lingüística. Los nacionalistas han lanzando los últimos días reiterados avisos a los populares de que su colaboración será nula si cruzan determinadas “líneas rojas” y exigen la derogación del modelo, pero ayer mismo, sin embargo, extendieron sus pactos. El alcalde de Castelldefels, el popular Manuel Reyes, gobernaba en minoría y rubricó una alianza de estabilidad con CiU para que ingrese en el equipo de gobierno. Después de Badalona, Castelldefels es el municipio catalán más importante en manos de los populares.

El acuerdo se firmó por la mañana y a Alicia Sánchez-Camacho, presidenta del PP catalán, le faltó tiempo para dar cuenta de él. “El PP tiene la misma entente con CiU que en cualquier otro momento”, subrayó la popular, cansada de las amenazas nacionalistas. CiU gobierna Cataluña en minoría y el PP es su socio preferente desde que permitió aprobar los Presupuestos. Los dos partidos son socios de gobierno en la Diputación de Barcelona. CiU, con su abstención, permitió que tanto Xavier García Albiol en Badalona como Reyes fueran alcaldes.

CiU, sin embargo, deslindó el pacto de Castelldefels de las relaciones entre los dos partidos al tacharlo de local. “Tan local como el de Badalona”, ironizó una fuente popular. Josep Maria Pelegrí, consejero de Agricultura de la Generalitat y secretario general de Unió (UDC), admitió que las agrupaciones locales puedan tomar decisiones que “a veces pueden chocar” con los intereses generales de la federación.

Los nacionalistas insisten, en cualquier caso, en que el modelo lingüístico es innegociable hasta el punto que Francesc Homs, portavoz del Gobierno catalán, dijo que el Ejecutivo se iría a casa si se derogara el actual sistema. Y el PP insiste en su defensa del moldeo bilingüe y en que se acaten las leyes. Pero nadie cree que llegue la sangre al río. CiU es consciente de su debilidad parlamentaria y aplicará la geometría variable según el caso: ya se alió con el PSC por aspectos de la ley Omnibus; con Esquerra (ERC) negocia la base de su anhelado pacto fiscal y con el PP volverá a discutir las cuentas de 2012 porque no piensan excluir a nadie de los contactos.

Carme Chacón, ministra de Defensa y candidata ya del PSC por Barcelona, deploró que un día abogue por “la independencia” y pacte el día después con el PP. “CiU hace teatro”, dijo.

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