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El Gobierno llama a capítulo a las autonomías para atajar el déficit

Economía cita la semana que viene a 12 comunidades

Claudi Pérez
La vicepresidenta Elena Salgado, durante la rueda de prensa en el Ministerio de Economía.
La vicepresidenta Elena Salgado, durante la rueda de prensa en el Ministerio de Economía.ULY MARTÍN

Cuando la economía salta con tanta asiduidad a las páginas políticas de un periódico es que algo no termina de funcionar. Todos los esfuerzos del Gobierno de Zapatero para calmar la tormenta sobre los mercados de deuda —recorte de sueldo de funcionarios y demás dolorosas medidas impuestas tras la conversión a la austeridad del Ejecutivo socialista en mayo del año pasado— corren el riesgo de caer en saco roto por el posible incumplimiento por parte de las comunidades de los objetivos de déficit público. El Ministerio de Economía presentó ayer el dato que empieza a confirmar los temores de los mercados, que llevan meses dudando de que España rebaje este año el desfase en sus cuentas públicas hasta el 6% del PIB. Para ello, las comunidades deberían cerrar el año con un déficit del 1,3%, pero las autonomías se han comido ya prácticamente todo el margen: el déficit se fue al 1,2% en medio año, hasta el pasado junio.

Con medio año por delante, queda apenas una décima de colchón. Aun así, la vicepresidenta económica, Elena Salgado, trató de nadar y guardar la ropa en la presentación de las cifras de ejecución presupuestaria de las comunidades. “El objetivo del déficit se va a cumplir; tanto el del Estado como el de las comunidades”, repitió media docena de veces con ligeras variaciones.

No parece tarea fácil. Cataluña, la mayor economía de España, ya ha anunciado que no va a cumplir, en una suerte de rebelión a la que de momento no se ha sumado ninguna otra comunidad. Pero las cifras hablan a las claras de las dificultades en algunas regiones para no rebasar el listón del 1,3%: siete autonomías superaron ya en junio esa cifra, en algunos casos de largo. El déficit en Castilla-La Mancha se fue al 4,16%, y en Extremadura y Baleares está por encima del 2%.

Salgado cree que hay margen para alcanzar el objetivo, pero no se fía: Economía ha llamado a capítulo a las 12 comunidades más incumplidoras, que deberán reunirse con su secretario de Estado la semana próxima para explicar qué medidas tienen en cartera. Economía pactó con la mayoría de las comunidades planes de recortes que se aprobaron entre abril y julio. Aún no los han puesto en marcha: el objetivo del Gobierno es que las autonomías activen ya esos recortes para corregir al menos parte de los desequilibrios, que podrían agravarse en algunos casos por la concentración de gastos en la última fase del año. La evolución de los ingresos puede ayudar en algunas zonas: Salgado puso como ejemplo el caso de Andalucía, que en el segundo semestre recibirá fondos del Estado —procedentes del sistema de financiación— y de la UE.

Cataluña, la mayor economía, ya ha anunciado que no va a cumplir

La coyuntura no ayuda. La economía española tiene ante sí un horizonte sombrío. La desaceleración mundial puede truncar la frágil recuperación, y crecer menos implica recaudar menos impuestos: por esa vía el cumplimiento del objetivo de déficit se hace más difícil a cada nuevo dato que confirma la pérdida de empuje de Europa y EE UU. Además, una segunda recesión en España (que no se puede descartar) complicaría seriamente las cosas. Y cualquier desviación del objetivo del 6% del déficit ocasionará nuevas turbulencias con la deuda. El Tesoro no acaba de encontrar la tranquilidad: la prima de riesgo (la medida del desasosiego del mercado, que mide la diferencia entre los intereses que paga España y los que paga el país más seguro, Alemania) está por las nubes (ayer 316). Eso supone un lastre para las arcas públicas, que deben dedicar más dinero al pago de intereses por los latigazos de la crisis europea.

La Administración central y la autonómica funcionan como vasos comunicantes: si las regiones incumplen sus compromisos, el Estado debe compensar la diferencia. ¿Cómo? “No está previsto ningún ajuste por el lado del gasto, ni a día de hoy ni a día de mañana. Y tampoco por el lado de los ingresos”, subrayó Salgado, “a día de hoy”. Traducción libre: habrá subidas de impuestos. Preguntada por la recuperación del Impuesto de Patrimonio (eliminado en 2007 por el Ejecutivo de Zapatero con el argumento de que estaba anticuado y recaía sobre la clase media), Salgado fue todo lo clara que puede ser una ministra de Economía en una situación como la actual, cargada de incertidumbre: “Si el Gobierno decide recuperar Patrimonio, el decreto ley estará listo en escasas horas”.

Si se recupera Patrimonio, el decreto ley estará listo en pocas horas

De alguna manera, se trata de cuadrar un círculo: las comunidades tienen que acometer duros recortes del gasto, y eso suele suponer dificultades para reactivar la economía y menos ingresos fiscales. Los ingresos de las autonomías cayeron el 3,5% hasta junio. Pese a que los gastos también retrocedieron —con fuertes recortes en la factura en farmacia—, el resultado es ese déficit del 1,2%, rozando el larguero del objetivo para todo el año. Pero el análisis de Salgado es optimista: “Lo que exigen los datos es atención y dedicación para los Gobiernos autónomos que están en peor posición”. Eso, y tratar de que las balas pasen de largo en el mercado.

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Sobre la firma

Claudi Pérez
Director adjunto de EL PAÍS. Excorresponsal político y económico, exredactor jefe de política nacional, excorresponsal en Bruselas durante toda la crisis del euro y anteriormente especialista en asuntos económicos internacionales. Premio Salvador de Madariaga. Madrid, y antes Bruselas, y aún antes Barcelona.

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