El Gobierno defiende los contratos temporales frente al desempleo
“Preferimos un contrato temporal a un parado” , dice el ministro de Trabajo El Consejo suspende hasta 2013 la obligación de convertir los contratos temporales en fijos a los dos años Reforma los contratos de formación que se podrán ampliar hasta los 30 años Renuncia a la creación de un impuesto especial sobre las grandes fortunas
"Preferimos tener un trabajador temporal antes que a un parado". Estas palabras del ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, suponen toda una declaración de intenciones de la nueva filosofía del Gobierno en materia de empleo de la que ha salido una minirreforma laboral aprobada hoy por el Consejo de Ministros.
En la misma se suspende temporalmente hasta el 31 de diciembre de 2013 la obligación que había hasta ahora de convertir los contratos temporales en fijos automáticamente una vez que se hubieran cumplido dos años. Con la reforma, los empresarios podrán seguir encadenando contratos temporales indefinidamente hasta la citada fecha.
También en esa línea de empleo a cualquier precio, se modifican los contratos de formación y aprendizaje. A partir de ahora se podrá realizar, con carácter general, con mayores de 16 y menores de 25 años sin cualificación profesional (sin título de ESO o que, aún teniéndolo, carezcan de título universitario, de formación profesional o un certificado de profesionalidad). Pero además, y de forma transitoria (hasta el 31 de diciembre de 2013) también se podrá realizar también con mayores de 25 y hasta 30 años.
La jornada laboral será del 75% de la jornada laboral habitual en la empresa frente al 85% previsto en el antiguo contrato, destinando el resto a clases en centros de aprendizaje. Su duración mínima será de un año y la máxima de dos y podrá prorrogarse por doce meses más, en función del proceso formativo, teniendo derecho a toda la acción protectora de la Seguridad Social, incluida la protección por desempleo, y del Fogasa.
“En crisis lo importante es sostener el empleo, sin cualificarlo, sea temporal o indefinido. Preferimos tener un trabajador temporal antes que un parado", justificaba el ministro de Trabajo y miembro de UGT asegurando que el contrato de formación mantendrá las mismas condiciones que el resto de compañeros de la empresa y "no se trata de un contrato basura".
El titular de Trabajo, que apoyó hace un año la huelga general contra la reforma laboral antes de acceder a su cargo, reconoció que la actual fórmula de convertir contratos temporales en indefinidos obstaculiza el mantenimiento de empleo, "privado o público", y sólo funciona en épocas de expansión económica, pero "las circunstancias han cambiado".
Por su parte, el contrato de formación tiene como objetivo ayudar a los jóvenes que "por la burbuja inmobiliaria renunciaron a la formación, y ahora no tienen ni formación ni empleo", según explicó José Blanco, portavoz del Gobierno.
Las empresas de hasta 250 trabajadores se podrán deducir el 100% de las cotizaciones a la Seguridad Social si contratan desempleados con este tipo de contrato. Las firmas mayores tendrán una reducción del 75%. Con objeto de resultar atractivo, cuando el contrato suponga incremento del empleo, la empresa tendrá una reducción del 100% de las cotizaciones a la Seguridad Social durante toda la vigencia del contrato si se contrata a personas desempleadas. La reducción será del 75% para empresas de más de 250 trabajadores.
Además, para favorecer su conversión en contratos indefinidos, las empresas tendrán derecho a una reducción de la cotización social de 1.500 euros anuales durante tres años (1.800 euros anuales en caso de contratar a mujeres), cuando a su finalización el contrato de formación y el aprendizaje se transforme en un contrato indefinido y suponga creación de empleo fijo en la empresa.
Ayuda a parados
Por otra parte, el Gobierno ha decidido prorrogar durante 6 meses más el programa PREPARA que pretende, a través de acciones de política activa de empleo, ayudar a las personas en situación de desempleo en su recualificación profesional para que puedan incorporarse a nuevos puestos de trabajo, mientras perciben una ayuda económica de 400 euros durante un máximo de 6 meses. Hasta el momento cerca de 128.000 personas en paro que han agotado su prestación o subsidio por desempleo han participado en este programa.
El Ejecutivo también ha descartado reformar los contratos a tiempo parcial porque son los que mejor están resistiendo la crisis. "Están creciendo un 8% anual durante la crisis", señaló Gómez. "Consideramos concentrar el esfuerzo en el desempleo de los jóvenes", añadió antes de recordar que 700.000 no tienen la ESO y que otros 200.000 más tienen este grado pero ninguna cualificación profesional.
La norma prorroga hasta 2013 el pago por parte del Fogasa de parte de las indemnizaciones por despido, aunque sólo en los casos de despidos procedentes, al tiempo que retrasará al primer semestre de 2013 el desarrollo de un proceso negociador para implantar el fondo de capitalización acordado por Gobierno y agentes sociales.
También establece que en el plazo de seis meses a partir de su entrada en vigor habrán de tomarse las medidas necesarias para integrar el Servicio Público de Empleo Estatal y el Fogasa en un único organismo, y prorroga, hasta finales de 2013, del periodo para poder transformar contratos temporales en fijos siempre que su duración no exceda de seis meses.
Impuesto para ricos
Pese a las sucesivas declaraciones de distintos miembros del Gabinete, como la vicepresidenta y ministra de Economía, Elena Salgado, el Gobierno ha renunciado a incluir un impuesto especial para grandes fortunas, como sí han hecho gobiernos conservadores como el francés
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.