Fabra renuncia a la alcaldía de Castellón "con la conciencia tranquila"

El recién elegido presidente de la Generalitat valenciana, Alberto Fabra, ha presidido esta mañana el pleno municipal de renuncia a su cargo de alcalde de Castellón y concejal en el consistorio. Ante un salón, no muy grande, abarrotado de público, Fabra se ha despedido de la ciudad en la que seguirá viviendo. “Me voy con la conciencia tranquila”, ha dicho. “He intentado hacerlo lo mejor posible”, ha comentado un Fabra, otra vez emocionado, al recordar que en los 20 años que ha desarrollado su carrera política en el Ayuntamiento de la capital de La Plana, ha aplicado los valores que “me enseñaron mis padres”. Fabra ha asegurado que continuará trabajando para que Castellón ""siga siendo una gran ciudad" y, en sus palabras en el salón de plenos, ha insistido en que cree en Castellón, “en su fuerza y en sus posibilidades”. El ahora presidente de la Generalitat llegó al Ayuntamiento de Castellón en 1991 y desde 2005 ocupaba la alcaldía, a la que accedió tras la dimisión presentada por su antecesor, José Luis Gimeno.

Una vez formalizada la renuncia, que ha contado con los votos a favor de todos los miembros de la corporación, Alberto Fabra se ha despedido de quienes han sido, hasta ahora, compañeros de grupo municipal, así como de todos los miembros de los grupos de la oposición y de prácticamente todos los asistentes al pleno de renuncia.

Alberto Fabra fue nombrado presidente de la Generalitat valenciana tras la dimisión de Francisco Camps, anunciada cinco días después de que se conociera que se sentará en el banquillo de los acusados, por un supuesto delito de cohecho impropio al recibir, presuntamente, regalos de la trama Gürtel.

Costa, con la fianza preparada

“Castellón despide un gran alcalde y la Comunidad valenciana gana un gran presidente”, ha dicho el diputado Ricardo Costa, que ha acudido al acto. La frase ha sido repetida por otros miembros del PP, como el presidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner. Costa también ha comentado que ya tiene preparada la documentación para hacer frente a la fianza impuesta por el magistrado instructor de la llamada causa de los trajes, inlcuida en el 'caso Gürtel', por la que se sentará en el banquillo el próximo otoño, acusado de cohecho impropio. La fianza de Costa asciende a 55.000 euros, la misma cantidad que la requerida a Francisco Camps, con el fin de garantizar el pago de la multa, en el caso de que sean declarados culpables. Camps ya depositó el viernes su fianza, avalada por Bankia.

Ante las críticas a Camps por mantenerse en su escaño en las Cortes, Ricardo Costa no ha querido pronunciarse y únicamente ha señalado que "apoyaré cualquier decisión de mi presidente Fabra y mi presidente Camps".