Se debe pensar en pequeño para combatir el cambio climático
Las pymes, que trabajan en la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos, son socias de gran importancia, pero subestimadas, en la lucha por reducir las emisiones
Cuando se aplica a sequías, incendios forestales, huracanes, inundaciones u otros fenómenos meteorológicos extremos, la expresión “sin precedentes” se repite hasta el cansancio. En agosto, cuando el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicó su informe más reciente sobre las nefastas realidades a las que nos enfrentamos, una sequía exacerbada por el calentamiento global ya llevaba años asolando a gran parte del África meridional.
Por fin parece que los líderes mundiales están listos para tomar medidas significativas; sin embargo, existe un grupo de crítica importancia que habitualmente está ausente en las principales reuniones sobre el clima, como por ejemplo no estuvo presente en la reciente Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP26) en Glasgow: este grupo es el formado por las pequeñas empresas locales que se enfocan en el clima y que ya están marcando la diferencia en sus comunidades. Las pequeñas y medianas empresas (pymes) que trabajan en la adaptación al cambio climático y la mitigación de sus efectos son socias de gran importancia (aunque están siendo subestimadas) en la lucha por reducir las emisiones.
A pesar de que las opciones de financiación climática están aumentando, el papel de las pymes en el desarrollo sostenible sigue siendo ignorado. Su difícil situación es compartida por más de 200 millones de pymes de todo tipo en los países en desarrollo, las cuales no pueden obtener los fondos que necesitan para crecer, y se enfrentan a un déficit anual de financiamiento que se estima en 5,2 billones de dólares (4,6 billones de euros). Los inversores internacionales se centran en colocar sus fondos a través de acuerdos más grandes, mientras que los capitales locales se mantienen fuera del alcance de las empresas que se encuentran en sus etapas iniciales debido a sus elevados requerimientos de garantías y sus tasas de interés inmanejables.
Según el Banco Mundial, las pymes representan el 90% de las empresas y proporcionan más del 50% de los puestos de trabajo en todo el mundo
Según el Banco Mundial, las pymes representan el 90% de las empresas y proporcionan más del 50% de los puestos de trabajo en todo el mundo, por lo que tienen un papel clave que desempeñar en la creación de oportunidades en las economías que luchan por recuperarse de la pandemia de covid-19. Ejemplos como SELCO India, una empresa pionera de energía solar sin conexión a la red eléctrica, y Husk Power, un innovador proveedor de energía renovable de pago por uso que opera en Asia y África, demuestran que, con la cantidad y el tipo de financiamiento adecuados, así como con el apoyo técnico conveniente, las pequeñas empresas pueden mejorar vidas mediante el acceso a la energía, un objetivo internacional clave. Las energías renovables sin conexión a la red eléctrica también ayudan a impulsar la movilidad sostenible, tanto en entornos rurales como urbanos.
Las pequeñas empresas también tienen un papel importante que desempeñar en la ecologización de la agricultura. El uso de la tierra para la producción agrícola y ganadera da cuenta del 24% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, y las granjas son vulnerables a las sequías, las inundaciones y el aumento de las temperaturas. El financiamiento de los emprendedores agrícolas climáticamente inteligentes es esencial para hacer que nuestros sistemas alimentarios tengan una mayor resiliencia. En este punto también la energía renovable sin conexión a la red de electricidad se ha tornado en indispensable, ya que proporciona energía para el riego, el procesamiento granos y opera los cuartos fríos y los refrigeradores que son necesarios para almacenar productos lácteos, mariscos frescos, así como frutas y verduras. En la India, Technoserve ayuda a los pequeños emprendimientos a resistir y adaptarse a la crisis climática, y también a aumentar su productividad sin aumentar las emisiones.
Como demuestran estos ejemplos, cuando las pequeñas empresas tienen el financiamiento y el apoyo que necesitan, pueden dar impulso al crecimiento económico, al mismo tiempo que mitigan las emisiones y apoyan la adaptación al cambio climático. Esto se debe a que son más ágiles y adaptables, y responden a las necesidades locales de forma mucho más rápida y eficaz, en comparación con las grandes organizaciones. También ofrecen a los gobiernos y a los legisladores la oportunidad de probar nuevas ideas, que sacan a luz tanto los escollos como las mejores prácticas, antes de que las iniciativas se escalen a nivel regional o nacional.
Para alcanzar el objetivo global de emisiones netas cero se requiere que los encargados de la formulación de políticas, los inversores, los bancos y otros actores atiendan las necesidades de las pymes de manera mucho más efectiva que en el pasado. Para empezar, el mundo necesita muchos más mecanismos e instrumentos financieros que estén adaptados a las que trabajan en la economía verde. Eso significa una mezcla de capital a largo plazo y con menor costo, formas de financiación combinadas y un acceso más fácil al mencionado capital.
Los inversores no deben pasar por alto a las mujeres, que son quienes producen hasta el 80% de los alimentos en el Sur Global
El mundo también necesita más aceleradores de empresas centrados en la adaptación al cambio climático. Solo hay 25 de aceleradores verdes de este tipo ubicados en países no pertenecientes a la OCDE. Financiar la investigación y establecer redes profesionales impulsarán el apoyo a las iniciativas con fuerte potencial de crecimiento.
Se necesitarán mejores métricas para evaluar el éxito. Eso no significa bajar los estándares ambientales, sociales y de gobernanza. Por el contrario, significa concebir indicadores específicos para las empresas ecológicas del sector de las pymes, a fin de ayudarlas a demostrar su eficacia y atraer más inversiones.
Por último, los inversores no deben pasar por alto a las mujeres, que son quienes producen hasta el 80% de los alimentos en el Sur Global. Las mujeres también son las más vulnerables a los efectos del cambio climático. Invertir en las que son empresarias climáticas beneficia al clima, a la producción de alimentos y a la prosperidad en general.
Las pequeñas empresas son parte integral de la mitigación del cambio climático, así como de la resiliencia y la adaptación al mismo. Brindarles el financiamiento y el apoyo necesarios para ayudarlas a tener éxito es un tema de interés para todos.
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