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Alterconsumismo
Coordinado por Anna Argemí

Bitcoin como moneda oficial, ¿una buena medida para estimular la economía nacional?

La noticia de que El Salvador reconocía la criptomoneda alegró a los portadores, pero la inestabilidad del precio pone en duda su viabilidad como medio de intercambio

Un grupo de salvadoreños pide la derogación de ley para el uso del bitcoin, en julio, por ser una normativa "impuesta" y "sin consultar al pueblo".
Un grupo de salvadoreños pide la derogación de ley para el uso del bitcoin, en julio, por ser una normativa "impuesta" y "sin consultar al pueblo".VLADIMIR CHICAS (EFE)

Recientemente ha anunciado Nayib Bukele, presidente de El Salvador, que reconoce el bitcoin como segunda moneda oficial, además del dólar estadounidense que ya lo ha sido desde 2001, generando varias reacciones. En este post quisiera ofrecer otro aporte desde el punto de vista de las monedas sociales.

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Es cierto que la noticia desde San Salvador alegró a los portadores y a los demás simpatizantes de la criptomoneda más conocida del mundo, porque aumenta su confiabilidad ante las autoridades fiscales. Sin embargo, la inestabilidad del precio de bitcoin pone en duda su viabilidad como medio de intercambio. Por ejemplo: Hoy un bitcoin vale US$ 40.000, tus clientes en el restaurante te pagan 0,01 (US$ 400) por la cena organizada, y mañana baja a US$ 25.000, o sea que 0,01 bitcoin vale US$ 150 menos. ¿Te apetecería aceptar una moneda con este tipo de riesgo?

Como defensor de monedas sociales, tengo que admitir que no está incluida en la lista de aquellas que promuevo. No me parece compatible con los objetivos de las monedas sociales ni su creación (competencia mundial entre los ordenadores, consumiendo demasiada energía) ni su gestión (la masa monetaria se fija a 21 millones, independientemente del número de usuarios, y carece de medidas sancionadoras cuando se use para fines ilícitos, como tráfico de droga) ni la participación masiva de los especuladores con la intención de vender este “medio de intercambio” a precio más alto.

Hay un concepto muy interesante para entender la naturaleza de la misma: el llamado “Concurso de belleza”, acuñado por Keynes en su obra maestra Teoría General (1936) –aunque hoy en día suena un tanto machista. Consiste en comparar el comportamiento de los inversores con el de los votantes del concurso de belleza, con tal de que ganen cuando adivinen correctamente qué concursante gana más votos. Ahí los votantes (inversores) no votan a la participante (la acción) que ellos mismos quieran, sino a la que ellos mismos piensen que los demás quieren. O sea, te compras acciones de una empresa de jamón serrano, aunque eres vegano, porque sabes que mucha gente va a querer comprar productos de la misma.

Si los salvadoreños quieren una vida más soberana, les propondría buscar otras medidas para recuperar la soberanía monetaria

Esta teoría explica por qué bitcoin, sin ningún respaldo, vale mucho más que petro, emitido por el Gobierno venezolano con petróleo como respaldo. La gente la prefiere, simplemente porque la moneda creada por Satoshi Nakamoto tiene más compradores que la creada por Nicolás Maduro, y el precio de bitcoin está reflejado en los dólares (y otras monedas oficiales) que esos compradores están dispuestos a pagar para obtenerlo, aunque sigue corriendo el riesgo de perder su valor cuando desaparezcan los compradores. De hecho, bajó su precio cuando se anunció una restricción más fuerte por parte del Gobierno chino, y puede haber más caídas a consecuencia de otras noticias desfavorables a esta criptomoneda FIAT.

Pero lo que me parece más grave es la falta de la voluntad por parte del Gobierno salvadoreño de recuperar su soberanía monetaria. El Banco Central de Reserva de El Salvador no puede ni crear ni controlar el dólar (controlado por la Reserva Federal de Estados Unidos) ni el bitcoin (controlado por una serie de protocolos informáticos sin intervención humana) y la aceptación de esta es un paso más para que El Salvador se entregue a las maniobras del neoliberalismo internacional. Si los salvadoreños quieren una vida más soberana, les propondría buscar otras medidas para recuperar la soberanía monetaria. No me parece sana la situación actual en que un estado soberano como El Salvador carezca de ningún medio de intercambio que pueda controlar por sí mismo.

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