Una visita al mercado senegalés de industrias musicales
La segunda edición del Dakar Music Expo ha reunido a representantes, programadores y artistas que buscan profesionalizar la música africana y visibilizar a nuevos talentos. También, celebrar su creatividad y resiliencia ante dificultades como la pandemia
Se había previsto para febrero, pero la segunda edición de Dakar Music Expo ha tenido que esperar hasta el mes de junio para celebrarse después de un periodo en el que el toque de queda y la prohibición de reuniones habían paralizado la actividad de artistas y otros oficios relacionados con la música. Como en el resto del mundo, la pandemia ha golpeado duramente en el sector de los espectáculos, con terribles consecuencias económicas para sus profesionales.
En este contexto, un encuentro como Dakar Music Expo (DMX) viene a apoyar un sector que se empieza a recuperar, marcando el arranque de las iniciativas culturales en Senegal. Durante cinco días, la capital senegalesa ha acogido a agentes de la música y artistas de tres continentes en su primer mercado de la industria musical, que tenía como lema este año “celebrar la creatividad africana”.
“Necesitamos esta plataforma de encuentros entre profesionales para estructurar nuestro ecosistema, reforzar nuestras capacidades y crear un escaparate que muestre los talentos africanos”, explica Dudu Sarr, fundador y director del salón. Representante del conocido compositor Youssou Ndour, padrino de la iniciativa junto a la diva beninesa Angélique Kidjo, Sarr tiene un largo y amplio recorrido en este ámbito. Después de vivir en Londres durante 25 años, trabaja ahora en proyectos enfocados en el desarrollo del sector en el continente. Y la música es clave en África. “Había visitado prácticamente todas las grandes ferias de este tipo en el mundo, como el WOMEX, el MIDEM... Y me dije a mí mismo que en algún momento África, y en particular Senegal, debían tener su propia feria”, narra.
Y es que se trata de mucho más que un simple festival de música al uso. Un salón como DMX desencadena encuentros y debates entre profesionales que permiten crear redes indispensables en la estructuración de la industria musical, en este caso, de Senegal. El programa, desarrollado principalmente en el Instituto Francés de Dakar, incluía paneles y mesas redondas, proyección de documentales y, por supuesto, demostraciones de artistas que se clausuraron el pasado 21 de junio, coincidiendo con la tradicional fiesta de la música.
Con un formato híbrido, cada vez más común y acelerado por la experiencia de la pandemia, durante los paneles se han discutido temas como el papel de las mujeres en el sector, la producción y difusión de las músicas actuales en Senegal o, de forma más extensa, los principales proyectos de éxito en África Occidental. Desde Marruecos, a través de videoconferencia, El Mazned Brahim presentó Visa for Music, el mayor mercado de industrias musicales que reagrupa África y Oriente Medio, del que es director y fundador. También ha habido tiempo para abordar aspectos más prácticos a menudo ignorados o descuidados en el continente, como los derechos de autor. Este encuentro contó con la participación, entre otros, de Akotchaye Koula Okio, responsable África en SACEM, siglas de la asociación francesa Sociedad Autores, Compositores y Editores de Música.
La idea era crear un evento que fuera una plataforma para que otros profesionales vinieran a descubrir a los jóvenes talentos musicales, y también el potencial de nuestra capitalCamille Seck, coorganizadora del evento y gestora cultural a la cabeza de la estructura KAANI
“DMX ha sido una oportunidad para mostrar Dakar a los profesionales de la música”, subraya Camille Seck, coorganizadora del evento y gestora cultural a la cabeza de la estructura KAANI, activa en la promoción de la cultura urbana en Senegal. “En lugar de hacerlos desplazarse hasta grandes ferias como WOMEX, donde son muy solicitados, la idea era crear un evento que fuera una plataforma para que otros profesionales vinieran a descubrir a los jóvenes talentos musicales, y también el potencial de nuestra capital”.
Además de la presencia de operadores de la industria musical francesa, principal mercado para los artistas francófonos, también han sido representados otros espacios geográficos y lingüísticos. Como ejemplo, Silvia Nocentini, llegada desde Italia, que compartió su visión como directora de NoOx Management, una agencia centrada en proyectos relacionados con la música negra y urbana en su país.
Tendiendo puentes entre los hemisferios del sur, un encuentro específico sobre mercados en España y Latinoamérica contó con la presencia de operadores de Colombia y Brasil. En él participó Vera Wrana como representante del conocido BIME, el mayor mercado de industrias musicales de España y que se abre cada vez más a Latinoamérica, con la celebración del festival ahora también en Bogotá. Invitada con el apoyo de Cultura Dakar, la sección cultural de la Embajada de España en Senegal, Wrana celebra la iniciativa: “En África es donde hay ahora mismo un talento emergente al que no es tan fácil acceder desde Europa, en particular desde España, porque no hay una relación cultural histórica tan clara”.
La música, paciente de riesgo en tiempos de pandemia
Esta segunda edición de Dakar Music Expo ha estado irremediablemente atravesada por las consecuencias del coronavirus, que tanto daño han causado a la industria musical. Uno de los principales temas discutidos fue, precisamente, la adaptación del sector a la crisis. Moustapha Ndiaye, presidente de AMAA, la Asociación de Mánagers de Artistas de Senegal, recordaba este difícil periodo, que hoy parece una realidad casi superada: “La situación era catastrófica. Nunca habíamos visto nada igual. Hicimos algunos directos en redes, conseguimos sobrevivir gracias a la contribución de los fans. Pero de forma irregular. Estábamos totalmente desorientados”.
Cuando llegó el virus, nos encontramos con que teníamos un 90% menos de nuestros ingresosBoddhi Satva, DJ y productor centrafricano de renombre
“Cuando llegó el virus, nos encontramos con que teníamos un 90% menos de nuestros ingresos”, explicaba Boddhi Satva, DJ y productor centroafricano de renombre. “Por suerte para mí, yo ya tenía un catálogo de música, en el que había trabajado a lo largo de los años, incluyendo publicidad, derechos de autor y demás. Eso me dio una cierta capacidad de adaptación que otros artistas no tuvieron.” El entorno digital ha sido fundamental para la supervivencia del sector. Muy activo en redes y Youtube, Boddhi Satva fue un verdadero ejemplo de adaptación al contexto de la covid-19 y la imposibilidad derivada de hacer directos presenciales. “Gracias a la pandemia, empecé un programa de entrevistas todos los lunes en mis redes y sesión de DJ en directo, los Quarantine Grooves. Durante la primera hora recibiremos donaciones y gracias a ellas han aumentado mis ingresos mensuales un 35%”.
En un continente que ha llegado a ser pionero en el método de banca móvil, a pesar de presentarse como “atrasado” en otro tipo de sistemas y avances tecnológicos, la cultura del pago por teléfono está siendo un aspecto fundamental en la distribución de música. “Tenemos a tanta gente creativa aquí, tanta gente con la energía necesaria para vender...”, concluía Boddhi Satva. “Cuando veo a la juventud africana, su curiosidad y su ingenio, estoy seguro de que nos apropiaremos muy rápidamente de estas tecnologías”.
Honor a las mujeres
Las mujeres están muy a menudo relegadas a un segundo plano de un sector escandalosamente masculino. Un panel específico invitaba a varias de las profesionales de la música de Senegal. Fatoumata Pindra, fundadora de Afrique Créative, resaltaba la dificultad de combinar el oficio de gestoras culturales con las responsabilidades familiares en un país donde ellas son el pilar del hogar, al que está indiscutiblemente atada por la sociedad. “Personalmente, nunca me he puesto barreras por ser mujer. Eso es una ventaja, porque te permite avanzar sin tener en cuenta ciertos planteamientos”, comentaba Camille Seck. “Tenemos un papel importante que desempeñar con otras mujeres, para animarlas, motivarlas, confiar en ellas e integrarlas en nuestras estructuras. Sabemos que nuestra capacidad organizativa es enorme, por lo que debemos valorarla”.
Quiero que DMX se convierta en el punto de encuentro anual de todos los profesionales de la música africana en Dakar
La noche de apertura estuvo dedicada a ellas con una serie de directos 100% femeninos que incluyó a la senegalesa Shula Ndiaye, el grupo Will’s Afro Choir, la mauritana TIFA y la orquesta de mujeres Jigeen Ni, en colaboración con nombres tradicionales como Amira Abed, Korka Dieng and Soda Mama Fall. DMX ofreció también un programa paralelo de música en vivo en otros lugares de la capital, como fue la edición de Electrafrique en el centro cultural comunitario Blaise Senghor, donde varios DJ conocidos hicieron bailar a los asistentes hasta las cuatro de la mañana.
El papel de Senegal en la subregión ha sido fundamental para el desarrollo de su escena musical, siendo a menudo una plataforma de lanzamiento para artistas. A pesar de ello, la mayoría de las grandes celebridades africanas están basadas y se producen en Europa. Teniendo en cuenta el potencial de desarrollo que representa la música en el continente, Dudu Sarr considera esencial que Dakar recupere su papel de polo cultural africano. “DMX ha tenido dos antecedentes. Tuvimos el festival DK24, iniciado por el propio Youssou Ndour. Después la cooperación francesa creó BEMA (siglas de Oficina de Exportación de Música Africana). Yo llego en tercer lugar para continuar esta dinámica”, explica. “Quiero que DMX se convierta en el punto de encuentro anual de todos los profesionales de la música africana en Dakar”.
Puedes seguir a PLANETA FUTURO en Twitter, Facebook e Instagram, y suscribirte aquí a nuestra ‘newsletter’.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.