Burna Boy, el gigante africano que crece y crece...
El músico nigeriano acaba de publicar ‘Twice As Tall’, un trabajo que reivindica el África contemporánea, con sus propios aprietos, y que conecta con los movimientos sociales en la diáspora como el Black Lives Matter
“Si te metes conmigo, llegan los problemas / Canta en voz alta, deja que escuchen”. Burna Boy no se anda con chiquitas y lanza unos temas que avivan la conciencia dormida de muchos de sus oyentes tanto en el continente africano como en la diáspora. “Quien no quiera despertar / Quien no quiera bailar / Azúzalo”. Un estímulo musical para pedir un respeto recíproco y para que “los negros dejen de llamar ‘señor’ al opresor”, canta el joven nigeriano en uno de sus temas más populares, Anybody. Pero, ¿quién es este músico para sentir la responsabilidad de defender las libertades y luchar por la justicia social de África?
Damini Ebunoluwa Ogulu (1991), más conocido como Burna Boy, dejó de justificarse hace tiempo. Nacido en Port Harcourt, lleva años en una contienda que gana adeptos más allá de las comunidades negras y de las diásporas. El superventas Ye, de su álbum Outside ya apuntaba la línea que lleva años trazando. “Nos enfrentamos a mucho sufrimiento para asegurarnos que tenemos dinero”. Y se preguntaba cuál era el sino de sus conciudadanos, de sus hermanos y de sus hermanas. “No podemos morir por nada”. Con su anterior álbum, African Giant, cimentó una vía sonora contra el racismo institucionalizado, el sistema educativo heredado de las antiguas metrópolis y las desigualdades. Ahora Twice As Tall tiene como objetivo crear un “puente” que se tienda sobre los caminos destrozados que dejó el pasado colonial e iluminar una lucha común. “Soy un ciudadano del mundo y tengo una responsabilidad con el mundo. Pero, al mismo tiempo, es mi gente la que realmente se está llevando la peor parte” explicó el músico a Jon Pareles en una entrevista para el New York Times.
Con 15 temas y grabado en su casa de Lagos en plena pandemia de la covid-19, Twice As Tall llega como herramienta para canalizar la rabia en la época de Black Lives Matter. Pero “el eje central de su música es más local que internacional”, dice el periodista musical Joey Akan. Nigeria encara cuestiones ligadas con la convivencia entre comunidades, las implicaciones sociales de una economía débil, el aprovechamiento de los recursos naturales por parte de compañías occidentales y los consecuentes problemas medioambientales derivados de la explotación minera y petrolera del delta del Níger. “En EE.UU. y en Reino Unido están sufriendo un racismo institucionalizado, pero aquí tenemos nuestros propios problemas”, dice Akan.
Desde el Delta del Níger hasta todos los rincones de África, de América y del mundo, los negros estamos cambiando las tornas, recuperando nuestro lugar. Seremos escuchados porque importamos
En este contexto Burna Boy no se esconde y pone música a las dificultades de su país. Akan desvela la razón del interés puesto recientemente en el joven compositor: “Toma el sentimiento de perjuicio y de opresión y lo lanza globalmente ligándolo con todas las protestas que se están sucediendo”. “Conecta a nivel artístico y de letras con Black Lives Matter”, dice el periodista Caspar Melville. “El álbum es una tribuna a la hora de inspirar unas sensibilidades políticas en las diásporas”, sostiene este especialista musical que enseña en la Escuela de Estudios Orientales y Africanos de Londres (SOAS).
Las reivindicaciones apremian. “El tiempo vuela como un ladrón en la noche / Todos tenemos una historia que escribir / así que, cariño, súbete/ antes de que se vaya el tren”, canta Burna Boy en Times Flies. El tema recoge una intervención de su madre, Bose Ogulu, que refleja el contexto social y político en el que se engloba el disco: “Desde el Delta del Níger hasta todos los rincones de África, de América y del mundo, los negros estamos cambiando las tornas, recuperando nuestro lugar. Seremos escuchados porque importamos”.
El single Monsters You Made, en el que colabora el líder de la banda Coldplay, Chris Martin, es el tema más atrevido del quinto álbum de estudio de Burna Boy. Es un manifiesto cantado que da respuesta a aquellos que critican la insurrección contra el privilegio blanco. “¡No comprenden el odio que el opresor crea / Cuando han estado trabajando como esclavos / para conseguir el salario mínimo / Te das la vuelta y los culpas / por su enfado y por su rabia / Les pones los grilletes y las cadenas / por lo que se han convertido / Somos los monstruos que creasteis”. Además, el nigeriano rescata, en otro guiño político, la icónica respuesta de la escritora ghanesa Ama Ata Aidoo de 1987 sobre el avasallamiento de Occidente en África.
África, presente y futuro
El impacto del trabajo de Burna Boy reside en que ha sabido poner a la Nigeria contemporánea en el mapa. Y desde Lagos, cuenta Melville, la ha introducido en la cultura popular surgida durante el comercio esclavista entre los puertos del oeste de África, Europa, el Caribe y EEUU, donde la música fue el medio político para luchar contra los ideales occidentales. “Lo que Burna Boy simboliza es el retorno de África al Atlántico Negro”, cree el profesor de SOAS.
El resultado además es muy bailable: afropop, una mezcla de hip hop, grime, dancehall, reggae y afrobeat. “La combinación de estos sonidos hace que dejemos de pensar que África está estancada en su propio pasado”, destaca Melville. Twice As Tall compila diversos géneros musicales y cuenta con la colaboración de figuras como Stormzy, Naughty by Nature y Chris Martin."Burna Boy no tiene miedo de acercarse al mercado pop y hacerlo a lo grande. Lleva a su gente, su estética y su identidad a esta escena", añade el profesor. Las colaboraciones con Beyoncé, Jorja Smith y Ed Sheeran lo demuestran.
Burna Boy tampoco olvida la tradición. El compositor senegalés Youssou N’Dour participa en el tema que abre el disco y anteriormente ya había trabajado con Angelique Kidjo. Fue la artista beninesa la que en un alegato a las nuevas generaciones de artistas africanos dedicó su último Grammy al nigeriano. Burna Boy junto a Mr. Eazi, Patoranking, Petite Noir, Sho Madjozi o Rophnan Nuri están cambiando la manera de concebir África. Ya no es solo el continente de las enfermedades, de las guerras y de la pobreza y se da cabida a otras narrativas.
Burna Boy está cambiando la manera de concebir África. Ya no es solo el continente de las enfermedades, de las guerras y de la pobreza y se da cabida a otras narrativas.
“Las representaciones de lo que mola de África se han convertido, a través de la música, en una gran tendencia de la que la gente se siente orgullosa”, dice Akan. “África tiene algo que contarnos y no sólo se dirige a las comunidades negras y a las diásporas. Es muy probable que este sea el siglo, en términos culturales, de predominio africano y favorecerá la imagen de cómo se ve el continente. Hay motivos para ser optimistas”, apunta Melville.
Burna Boy inspira y hace bailar. El año pasado actuó en el festival de música Coachella de Los Ángeles y agotó todas las entradas en el Wembley Arena, en su último paso por Londres. Twice As Tall se coló en la lista de éxitos estadounidenses, Billboard 200, alcanzando el número 54, la posición más alta de todos sus trabajos. “Burna Boy tiene futuro”, resalta Akan. Su afropop se hace más reconocible y atrae a más seguidores. No es casualidad. Una concienzuda campaña de imagen, la descolonización de la industria y el apoyo de su compañía musical (firmó por Atlantic Records en 2017) se alían con el joven nigeriano para convertirse en una de las principales referencias del continente. Este gigante africano, de momento, crece el doble.
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