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Tribuna
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La tecnología, un salvavidas para el empleo en la peor crisis

La recuperación inclusiva del mercado laboral en América Latina y el Caribe requerirá mejorar el acceso y la alfabetización digital mediante mayores inversiones públicas y privadas

Tecnología y empleo en América Latina
Gilles Lambert / Unsplash (EL PAÍS)

La factura de la crisis del coronavirus en el empleo de América Latina y el Caribe no tiene precedentes: hasta 30 millones de personas perdieron su puesto de trabajo desde que comenzó la pandemia, según el Observatorio Laboral covid-19 del Banco Interamericano de Desarrollo. Esta destrucción de empleo, que ha afectado principalmente a los trabajadores informales y a los del sector servicio, prueba que la crisis económica y laboral es, junto con la sanitaria, el mayor desafío que enfrentan los países de la región.

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Los países latinoamericanos y caribeños han enfrentado otras crisis en el pasado. Sin embargo, la pandemia ha paralizado las economías y sus efectos sobre el empleo son de gran magnitud. Las medidas de confinamiento y distanciamiento social necesarias para mitigar la propagación del coronavirus han afectado a la mayoría de los empleos, y es muy probable que muchos de ellos se destruyan de manera permanente. El efecto que esto tiene se ve magnificado por la realidad que vive la región: es la más desigual del mundo, donde la mayoría de las personas trabaja en el sector informal y no puede acceder a las redes de protección social.

La buena noticia es que la tecnología ha evitado que la crisis de empleo sea aún más profunda. Así se muestra en ¿Cómo puede la tecnología facilitar la recuperación del empleo tras la covid-19?, la entrega más reciente de la serie El futuro del trabajo en América Latina y el Caribe. Durante el primer semestre del año se observó un crecimiento exponencial en el número de descargas de aplicaciones que habían tenido una adopción lenta. Esto incluye las aplicaciones para teletrabajar, las cuales pasaron de 750 mil descargas mensuales hasta 15 millones. Las descargas de aplicaciones de entrega a domicilio se incrementaron un 50% en este período, mientras que las de aplicaciones de trabajo independiente (freelancing) se incrementaron un 30%. Además, las aplicaciones de capacitación en línea casi se han duplicado con respecto a lo observado en 2019.

Las descargas de aplicaciones de entrega a domicilio se incrementaron un 50% en el período de pandemia, mientras que las de aplicaciones de trabajo independiente se incrementaron un 30%

Aunque la pandemia ha acelerado la expansión tecnológica, existen muchos retos para que sea permanente y masiva. El reporte muestra que, a partir del segundo semestre, las descargas de estas aplicaciones redujeron su crecimiento. Esto apunta a que existen importantes desafíos que superar para ampliar el alcance de estas tecnologías, incluyendo la falta de acceso a internet y dispositivos, la abrumadora brecha de habilidades digitales, así como la falta de preparación tecnológica por parte de las empresas que se han visto obligadas a implementar una transformación digital.

La recuperación inclusiva del empleo será el gran reto de los años por delante, un objetivo para el que la tecnología puede ser la mejor aliada. Para ello, será necesario un apoyo decidido que permita su adopción en varios frentes. Por ejemplo, se debe mejorar el acceso y la alfabetización digital mediante mayores inversiones públicas y privadas. Asimismo, la dinamización del mercado laboral requerirá trabajadores especializados en nuevas tecnologías y procesos. Una vía para lograrlo podría ser el rediseño de la educación tecnológica, que certifique habilidades de forma universal en la nube para reducir así los costos de búsqueda para las empresas. Finalmente, sería deseable lograr nuevos esquemas de aseguramiento social para quienes están desprotegidos en la actualidad. Las nuevas tecnologías pueden representar una oportunidad para crear nuevos productos de aseguramiento electrónico, que a la vez mejoren la inclusión financiera de la población. Dicho de otro modo, la pandemia puede convertirse en una oportunidad para ayudar a los trabajadores a estar más preparados y ser más resilientes y productivos. Es nuestra obligación trabajar para que así sea.

Oliver Azuara es economista sénior de Mercados Laborales en el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

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