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Columna
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¡Señoría, aquí se juega!

La renuncia del abogado de Manos Limpias en la causa contra Begoña Gómez recuerda a una mítica escena de ‘Casablanca’

Natalia Junquera

Manos Limpias, el pseudosindicato ultra responsable, entre otras, de la apertura de la causa contra Begoña Gómez, esposa del presidente del Gobierno, se convirtió este martes en uno de los asuntos más comentados en X. El motivo: la renuncia de su abogado Carlos Perales, del bufete Preico Jurídicos, a seguir representándole. Explica el letrado que “lo que en un inicio se configuraba como un encargo jurídico de naturaleza estrictamente técnica (...) con el objetivo de obtener una resolución judicial fundada en la verdad material (...) ha ido transformándose de manera paulatina en un asunto cuya exposición y tratamiento exceden del marco jurídico para situarse en el terreno de la controversia política”.

La carta recuerda a una de las escenas más famosas de Casablanca: Humphrey Bogart (Rick) le pregunta al capitán Renault (Claude Rains) con qué derecho le cierra el local y este le responde, justo antes de recibir sus ganancias en el casino: “¡Qué escándalo! ¡Qué escándalo! He descubierto que aquí se juega".

Resultan llamativas, a la vista de los acontecimientos, las palabras que escoge el letrado para renunciar a su cliente y cómo las combina: “Controversia”, “paulatina”... El abogado tenía motivos de sobra para sospechar hace tiempo de las intenciones de Miguel Bernad, porque si hay que conceder algo al presidente de Manos Limpias es que no se esconde cuando juega a la política. En abril de 2024, acudía megáfono en mano a la calle de Ferraz, donde se encuentra la sede del PSOE, para exigir “la dimisión del sátrapa”. Y en el patio de El Gato al Agua, programa de la cadena El Toro TV, ya dejó claro cuáles eran sus objetivos: “Esto huele a funeral y no hay que enterrarle [a Sánchez]. Hay que incinerarle para que no queden ni los huesos”.

Bernad ni siquiera oculta al público su nostalgia por tiempos pasados. El pasado marzo, fue uno de los orgullosos firmantes —junto a, entre otros, el golpista Antonio Tejero, condenado a 30 años de cárcel por el 23-F- de un manifiesto que comienza así: “Nosotros, españoles agradecidos con Franco”. El presidente de Manos Limpias pertenece al equipo para el que todo es una dictadura salvo la dictadura. El grupo con el que firmó el manifiesto profranquista, Plataforma 2025, tiene, por cierto, algunos problemas con su cuenta de X por su fervor nostálgico. Su penúltimo tuit reza: “En un mundo justo, Otegui ya estaría muerto tras haber sido fusilado”.

Tras las calabazas del abogado, quien considera que lo que pretende Manos Limpias es “incompatible” con “la lógica procesal”, “la independencia”, “el rigor técnico” y “la estricta sujeción a criterios jurídicos objetivos”, han brotado en X detractores sorprendidos con la epifanía del letrado y defensores acérrimos del “patriota” Bernad.

Estos últimos recuerdan en sus tuits la gran hazaña de Manos Limpias como acusación popular en el caso Nóos, cuando logró sentar en el banquillo a la infanta Cristina. No mencionan, sin embargo, que tanto la sentencia de la Audiencia Nacional que en 2021 condenó al presidente del pseudosindicato a cuatro años de cárcel por un delito de extorsión en grado de cooperación necesaria y otro en grado de tentativa —al entender que, junto a Ausbanc, se dedicaban a coaccionar a entidades bancarias y empresas a cambio de que no iniciasen acciones judiciales o campañas de descrédito contra ellas—, como la del Supremo de 2024 que lo absolvió —al considerar que, aunque “éticamente reprochables”, no concurría en sus conductas el factor de “intimidación” necesario para dicho delito— explicitan que Manos Limpias ofreció retirar su acusación contra Cristina de Borbón a cambio de dos millones de euros. No sé, Rick. Patriotas, pero poco.

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Sobre la firma

Natalia Junquera
Reportera de la sección de España desde 2006. Además de reportajes, realiza entrevistas y comenta las redes sociales en Anatomía de Twitter. Especialista en memoria histórica, ha escrito los libros 'Valientes' y 'Vidas Robadas', y la novela 'Recuérdame por qué te quiero'. También es coautora del libro 'Chapapote' sobre el hundimiento del Prestige.
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