La llamada del adúltero
Jamás se lo había contado a nadie y creo que ya me estoy arrepintiendo de habéroslo contado a vosotros


Estábamos de sobremesa un grupo de amigos. Uno de ellos preguntó si, de poder hacerlo, desllamaríamos a alguien por teléfono. Como durante la comida habíamos vaciado varias botellas de vino, tuvo que explicarnos qué quería decir.
—Se trataría —dijo— de recordar algunas de las llamadas telefónicas más importantes que hemos hecho a lo largo de la vida y elegir una para desllamar a ese número.
Nos quedamos mudos, observando nuestras tazas de café, amontonando miguitas de pan en el borde de la mesa, pensándolo. Finalmente habló Ramón para contar que un día, de joven, hallándose solo en casa, pues su mujer estaba de viaje, revisó su agenda de papel y telefoneó a una exnovia con la que no hablaba desde hacía años. Resultó que ella, casada y sola también, pues su marido se encontraba fuera, respondió a la llamada asegurándole que se acordaba con frecuencia de él y que le gustaría mucho verle. Nuestro amigo le propuso que se encontraran en la casa de él, a lo que ella respondió que estaría allí en una hora.
Se arregló, excitado, y empezó a contar los minutos, que se estiraban como el chicle. Pasó una hora, pasaron dos y tres sin que sonara el timbre de su puerta. Ramón pensó que la mujer se había arrepentido, de modo que se preparó una copa y se puso a ver la televisión con un sentimiento de alivio y de tristeza.
Al día siguiente, se enteró por los periódicos de que su exnovia había muerto atropellada por un coche al poco de abandonar su domicilio.
Nadie supo —añadió— que murió por culpa de aquella llamada mía de adúltero. De no haberse producido, tampoco habría salido de casa. Jamás se lo había contado a nadie y creo que ya me estoy arrepintiendo de habéroslo contado a vosotros. Pero de eso iba el juego, ¿no? Si pudiera hacer una desllamada, en fin, si me fuera posible destelefonear a alguien, destelefonearía a Mila, tal era su nombre, para salvarle la vida con efectos retroactivos.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Sobre la firma

Más información
Archivado En
Últimas noticias
Asesinado a balazos un exinspector de la Fiscalía de Sinaloa en Culiacán
Trump exagera en un discurso a la nación los logros de su primer año y culpa a Biden de la marcha de la economía
La Cámara de Representantes rechaza dos propuestas para impedir a Trump lanzar un ataque unilateral contra Venezuela
Los campesinos amagan con revivir las protestas en México por los precios de las cosechas
Lo más visto
- La población de pumas de la Patagonia se dispara gracias a una presa inesperada: los pingüinos
- El Supremo ordena al ex fiscal general el pago de la multa y la indemnización a la pareja de Ayuso que le impuso al condenarle
- El Gobierno de Mazón pagó 107 millones de euros más a Ribera Salud al aumentar su aportación por ciudadano
- Víctor Manuel, músico: “El capital tiene que rectificar, nunca pensé que fueran a ser tan voraces”
- Carlos Alcaraz y Ferrero rompen tras siete años: “Llegan tiempos de cambio para los dos”






























































