Belén Cortés: esconder la precariedad bajo el paraguas de la vocación

Belén Cortés, asesinada en un piso tutelado de Badajoz, tenía vocación y por eso nadie pensó que su salario era miserable; tampoco ninguna administración intuyó que carecía de las medidas básicas de seguridad en un entorno hostil. Quizá, porque la vocación se considera suficiente. El que posee este bien preciado obtiene el premio de trabajar en un ámbito donde todo vale. La trampa de la vocación no solo la padece el sector educativo, sino también el sanitario, donde los MIR soportan gran parte del peso de la atención hospitalaria durante cuatro o cinco años, todo ello con la contrapartida de una remuneración mínima que les obliga a realizar numerosas guardias para poder emanciparse. Educadores y sanitarios, no os animo a que renunciéis a la vocación que os ha llevado a dedicar vuestra vida a mejorar la de los demás, pero sí os aconsejo que la viváis con discreción. Solo las personas de más confianza deben saber que trabajáis por vocación. El resto, que os valore y respete como a cualquier otro profesional.

Antonio Luis Alarcón. Madrid

Impotencia

Israel mata a otros 436 palestinos inocentes y el resto del mundo lo ve como una cifra más, a la que, por desgracia, seguramente le seguirán otras en el futuro. Por lo general, nos hemos vuelto insensibles a los números de víctimas porque no tienen efecto alguno cuando se trata de personas pobres. Es como quien oye llover. Y los que pueden hacer algo, miran a otro lado y apenas condenan (si acaso) con palabras tales atrocidades. Sin embargo, a los que sí vemos a una persona detrás de cada uno de los números que componen cada cifra que se publica, nos invade una sensación de tristeza y rabia, pero, sobre todo, de impotencia ante no poder cambiar la situación de forma más radical y definitiva. Nos vemos obligados a conformarnos con firmar peticiones, participar en manifestaciones o hacer donativos. Resulta frustrante y doloroso que unos pocos decidan el destino trágico de tantos.

Elena Sanz Ortega. Málaga

Alto el fuego

El acuerdo de última hora entre Trump y Putin para un alto el fuego parcial en Ucrania es, sin duda, una noticia impactante. Pero más allá de las apariencias, es evidente que ambos buscan reforzar su influencia global. Y me pregunto ¿a qué costo y con qué garantías? La historia nos ha enseñado que los líderes no actúan por altruismo, sino por conveniencia. ¿Será este el inicio de una paz real o solo una jugada estratégica?

Daniel Rodríguez Martín. Barcelona

Doble vara de medir

El PP insiste en rechazar el reparto de menores no acompañados alegando que las comunidades no pueden asumir más carga. Sin embargo, hace poco no pusieron ninguna objeción cuando España acogió a miles de niños ucranios. ¿Por qué unos sí y otros no? El PP está cayendo en el mismo populismo que practica la extrema derecha en otros países, usando a estos menores como mera herramienta política. España ha demostrado que puede acoger y ayudar cuando quiere. La cuestión es si realmente quieren o si solo buscan enfrentar a la sociedad con discursos demagógicos.

Miguel José Fernández García. Zaragoza