También nos han robado el recuerdo
Los lectores escriben sobre los “protocolos de la vergüenza” en la Comunidad de Madrid durante la pandemia, la defensa de Europa, la empatía, y la vivienda de protección oficial

Petra era una abuelita a la que le encantaban los niños. También era una hacedora de croquetas estupendísimas. Era la madre que me regañaba, y perseguía, cuando andaba descalza. Y también era la persona que me dio el mejor consejo que he recibido nunca: “Hija, estudia, no dejes de trabajar. Sé independiente, que nunca tengas que depender de nadie”. Me encantaría que cinco años después de su muerte, cuando recuerdo a mi madre, la recordara así. Pero mi madre falleció en una residencia de la Comunidad de Madrid durante la pandemia. Debido a la aplicación de los “protocolos de la vergüenza” —y a su prohibición de derivación a los hospitales y, directamente, a la supresión de auxilio sanitario—, cuando me despierto por las noches, soñando con mi madre, no la visualizo en las situaciones anteriores. A menudo la veo agonizando durante días, sin analgésicos, sin atención, sin nuestra compañía. Esto no fue a consecuencia de la enfermedad. Fue el efecto de una decisión política cruel y despiadada que, pudiendo dar otras opciones, les dejó abandonados. Necesitamos justicia, que los culpables paguen por sus actos; para que esto nunca vuelva a repetirse.
Maite Rodríguez. Madrid
Alzar la voz por Europa
Tenemos que alzar todos nuestras voces y que se nos oiga en toda Europa. Los ciudadanos europeos no podemos quedarnos impasibles ante las amenazas de Putin y el desprecio de Trump. La amenaza, no sólo física de una guerra provocada por la invasión de un país soberano en suelo europeo, se cierne ahora también a otros muchos países en forma de extorsión en sus procesos electorales por medio de bulos. Tenemos que reclamar nuestra condición de europeos orgullosos y unidos.
M. José Barroso Romero. Las Palmas de Gran Canaria
Miradas cómplices
El 18 de marzo tuve una mirada cómplice. Estábamos una frente a la otra; ella se colocaba bien su peluca mientras se secaba las lágrimas de los ojos con un pañuelo, y yo pedía más hielo para que no me siguiera quemando el tratamiento que me ponían para mi cicatriz. De repente, nos miramos la una a la otra. Las dos estábamos en una sala de la unidad del dolor, seguramente después de habernos enfrentado al peor de los dolores, al cáncer. Pero al mirarnos, ese ratito fue más ameno para ambas. Estoy segura de que ella sintió lo mismo.
Noelia García Cano. Alcalá la Real (Jaén).
Vivienda social
No se puede decir que vivimos en un Estado de bienestar cuando muchas personas no tienen un techo. Emiliano García-Page ha anunciado que en Castilla-La Mancha se crearán 1.500 viviendas sociales y es una buena noticia. Hay que tomar cartas en el asunto. No se puede perder tiempo, estamos ante una emergencia social.
Elena Sáiz Sepúlveda. Cuenca
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