_
_
_
_
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Juventud estancada, futuro incierto

La economía española está dejando atrás a los jóvenes que se abren camino con sueldos prácticamente iguales a los de hace 15 años

Un joven accede a una oficina del paro en Valencia.
Un joven accede a una oficina del paro en Valencia.Mònica Torres
El País

Los trabajadores menores de 24 años son el único grupo de edad que cobra menos hoy que en 2008. Mientras el salario medio en España ha subido un 18% en los últimos 15 años —hasta alcanzar los 2.158 euros al mes—, el sueldo de ese grupo de edad permanece congelado en los 1.102 euros de promedio. La juventud española está estancada y sometida a un escenario que constriñe sus vidas desde diferentes frentes. Pero además, esa situación de precariedad se prolonga durante todos los años siguientes en los que se incorporan a sus primeros trabajos. El sueldo medio de entrada (el que se cobra el primer año) para los trabajadores entre 25 y 34 años es de 2.011 euros brutos mensuales, frente a los 2.504 del sueldo promedio.

Diferentes estudios señalan que esos salarios de entrada se ven vapuleados durante las crisis económicas. La generación actual de menores de 40 años ha sufrido dos, la última con la pandemia, y ha visto su progreso paralizado. Hoy un trabajador de menos de 25 años en su primer año de empleo solo cobra 30 euros más que el mismo perfil en 2006.

Ese estancamiento de los sueldos se suma a un mercado inmobiliario desbocado. El alquiler, que debería ser la primera opción para iniciar una vida independiente, es inasumible. Mientras los salarios de los jóvenes permanecían igual, el metro cuadrado en alquiler ha subido un 78% en la última década. La edad de emancipación se ha retrasado hasta los 30,3 años, frente a los 26,4 años de la media europea. El Consejo de la Juventud de España sitúa en el 14,8% los menores de 30 años independizados, el peor dato desde 2006. Para vivir solo, sin compartir, ese joven tendría que destinar el 102% de su salario para cubrir los gastos de alquiler y suministros. Aparte de la vivienda, los precios en general (IPC) han crecido un 35% desde la crisis económica. Es decir, los mileuristas de entonces tenían mucha más capacidad de compra que los mileuristas de hoy.

En mitad de esa tormenta perfecta que lastra su trayectoria vital, no son menos importantes los desajustes formativos que arrastra el país. Un 36% de los jóvenes tiene un nivel educativo superior al requerido en su trabajo. Es la tasa de sobrecualificación juvenil más alta de la UE.

Este desaguisado no solo tiene encapsulados el presente y el futuro de los jóvenes, tiene un impacto directo en la economía española, un coste del 2,5% del PIB, según una estimación reciente de la consultora PwC. Aunque la última reforma laboral ha tenido un impacto positivo en este grupo de edad, desde las administraciones se debe vigilar el tipo de contratos que se están formalizando, ya que los jóvenes firmaron el 45% de los fijos discontinuos en 2024, lo que se traduce en menos horas trabajadas y, por lo tanto, menos salario. Otra vía para atacar el problema es solucionar el desacople entre la educación superior y las necesidades de la economía, para lo cual hay que seguir apostando por el crecimiento de la Formación Profesional y conseguir así un tejido productivo más acorde a Europa.

El aumento de riqueza de España se traslada de manera natural al coste de la vida y se tiene que trasladar también a los salarios. No se puede presumir de datos macroeconómicos mientras una generación entera se ve condenada a vivir con el agua al cuello hasta pasados los 40 años.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Rellena tu nombre y apellido para comentarcompletar datos

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_