Trump, ¿el libertador de TikTok?

Era el 31 de julio de 2020. A punto de enfilar la recta final de su primer mandato, Donald Trump regresaba esa noche a la Casa Blanca a bordo del Air Force One tras un acto de recaudación de fondos en Florida. El presidente de Estados Unidos contó a los periodistas que lo acompañaban que planeaba prohibir TikTok. “En lo que respecta a TikTok, lo prohibiremos”, dijo. “Bueno, tengo esa autoridad… Puedo hacerlo con una orden ejecutiva o algo así”, agregó, según la cadena NBC, sobre la red social que mejor ilustra las tensiones comerciales y políticas entre Washington y Pekín.

Esa declaración de intenciones hizo saltar muchas alarmas. “Es un peligro para la libertad de expresión y tecnológicamente poco práctico”, manifestó por ejemplo la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles. Sin embargo, entonces no ocurrió nada, ni en los meses ni en los años posteriores. La aplicación, propiedad de la compañía china ByteDance, se apagó el sábado por la noche en territorio estadounidense dejando a sus 170 millones de usuarios sin retos virales, vídeos de autoayuda, mascotas, recetas y también sin una cascada de bulos o medias verdades.

La ley que finalmente desconectó TikTok fue aprobada en 2024 por el Congreso por razones de seguridad nacional y avalada por el Tribunal Supremo el pasado viernes. Y Trump, que a partir de este lunes volverá a ocupar el despacho oval, se presenta ahora como salvador de la red social. “Save TikTok”, invocó a primera hora del domingo en Truth, su propia plataforma. Más tarde escribió un mensaje más articulado: “¡Les pido a las empresas que no permitan que TikTok permanezca en la oscuridad! Emitiré una orden ejecutiva el lunes para extender el período de tiempo antes de que las prohibiciones de la ley entren en vigor, de modo que podamos llegar a un acuerdo para proteger nuestra seguridad nacional. La orden también confirmará que no habrá responsabilidad para ninguna empresa que haya ayudado a evitar que TikTok desaparezca”.

El magnate republicano se refería a la prórroga de tres meses contemplada por la ley en el caso de que la venta de la aplicación estuviese en marcha. En cualquier caso, marcó el camino a los interesados en la compra. “Me gustaría que Estados Unidos tuviera una participación del 50% en una empresa conjunta. Haciendo esto, salvamos TikTok, lo mantenemos en buenas manos y le permitimos prosperar. Sin la aprobación de Estados Unidos, no hay TikTok. Con nuestra aprobación, vale cientos de miles de millones de dólares”, continuó el mandatario. “Por lo tanto, mi idea inicial es una empresa conjunta entre los propietarios actuales y/o los nuevos propietarios a través de la que Estados Unidos obtenga una propiedad del 50% en una compañía conjunta”.

A Trump debió de gustarle el mensaje que los responsables de la red social redactaron para informar de la desconexión a sus usuarios. “Lo sentimos, TikTok no está disponible en este momento”, indicaba un aviso que proseguía con frase que sonaba a lisonja. “Es una suerte que el presidente Trump haya indicado que trabajará con nosotros en una solución para restablecer TikTok una vez asuma el cargo”.

El apagón anunciado de la red lleva meses alentando reflexiones públicas sobre la libertad de expresión y otras sobre la seguridad y las relaciones bilaterales. Sin embargo, Trump y Elon Musk, dueño X y a partir de hoy responsable de recortar el gasto de la Administración estadounidense, son ante todo magnates. Y el segundo ya lanzó una advertencia. “He estado en contra de la prohibición de TikTok durante mucho tiempo, porque es contraria a la libertad de expresión. Dicho esto, la situación actual en la que a TikTok se le permite operar en Estados Unidos, pero a X no se le permite operar en China, es desequilibrada. Algo tiene que cambiar”, sentenció. Así funciona la geopolítica de los negocios, en este caso sus propios negocios.