España encuentra la fuente de la eterna juventud

Uno de los logros de nuestro país es que hemos encontrado la fuente de la eterna juventud. El secreto no está en la dieta, en los baños fríos ni en la cirugía. Es mérito de un trabajo sostenido en el tiempo y donde las administraciones públicas han actuado con coordinación y coherencia. Unos cuantos conquistadores causaron un montón de problemas en América buscándola, sin saber que se podía fabricar en casa. En una versión peculiar del País de Nunca Jamás, los jóvenes españoles no pueden dejar de serlo ni aunque quieran.

El profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Juan Luis Jiménez recopilaba algunos datos que lo explican. En los últimos años, la renta por hogar en España ha caído más para los más jóvenes; los jubilados, como ha señalado Javier Jorrín, son el grupo con más riqueza. Los ingresos del capital se redujeron en los menores de 35 años un 23% en una década, mientras que los de los hogares de entre 65 y 74 años han aumentado más de un 300% (en buena medida, dice Jiménez, por las rentas que generan las viviendas en propiedad que poseen). En 2002, el 66% de los hogares cuyo cabeza de familia era menor de 35 años tenía una vivienda en propiedad; 20 años más tarde, el porcentaje es menos de la mitad. Casi el 86% de los menores de 34 años todavía vive con sus padres: 18 puntos por encima de la UE; en solo 9 años hemos duplicado esta diferencia. Los jóvenes tienen también salarios cada vez menores. (El “mecanismo de equidad intergeneracional”, el aumento de cotizaciones para pagar las pensiones, representa lo contrario de lo que dice su nombre.) Santiago Carbó, director de Estudios de Funcas, señala que la diferencia entre mayores y jóvenes no es nueva, y que el problema es que los jóvenes no se incorporan ahora al patrimonio. A su juicio, esto viene del tiempo en que no se construyeron viviendas sociales y asequibles (el parque de vivienda social en España: 2,5% frente al 9% de la media europea).

Si el acceso a la vivienda es complicado, tampoco les resulta fácil formar una familia, lo que va en contra de sus deseos pero es una buena política: quienes son padres en nuestro país tienen un 70% más de probabilidades de caer en la pobreza y entre eso y las tomas nocturnas se duerme peor, con lo que eso avejenta. Los jóvenes no dejan de ser jóvenes y los dictadores no se acaban de morir nunca. Los primeros, por suerte, tienen el bono cultural y La Revuelta: no deberían quejarse. Si están insatisfechos les quedan como a Stephen Dedalus el silencio, el exilio y la astucia.