Donar sangre, donar vida
Los lectores escriben sobre la importancia de los donantes, la reducción de la jornada laboral, la toma de posesión de Claudia Sheinbaum y la necesidad de una educación contra la violencia machista
Durante una campaña para la donación de sangre en la Universidad de Sevilla vino a nuestras clases un hombre que había perdido a su hijo por leucemia. Casi suplicando, nos pidió que fuéramos a donar sangre. No paraba de repetir el sentimiento tan gratificante de donar sangre y saber que esa misma sangre correría por las venas de una persona enferma en cuestión de días. Emocionado, se fue del aula, pero el peso de sus palabras se quedó entre nosotros. En tan solo dos días he visto a decenas de estudiantes donando sangre en una sala de la Universidad habilitada para ello. Cada vez que paso por allí, veo a decenas de alumnos haciendo cola para donar sangre, para dar vida. Si alguien necesita una gotita de esperanza para seguir creyendo en la humanidad es esta.
Itxaso Ruiz Alzola. Sevilla
Reducir la jornada laboral
La nueva propuesta del Gobierno para reducir la jornada laboral a 37,5 horas es un paso necesario para lograr un mejor equilibrio entre la vida profesional y personal. Después de años sin cambios en la duración de la jornada, es justo que los aumentos en productividad se traduzcan en mejores condiciones para los empleados. Esta medida, que se aplicará gradualmente, no afectará los salarios y beneficiará a millones de trabajadores. Aunque algunas empresas plantean dificultades, el proceso escalonado permitirá adaptarse sin perjudicar la actividad económica.
Daniel Rodríguez Martín. Barcelona
Toma de posesión de Sheinbaum
El tema de la presencia de España en la toma de posesión de la presidenta mexicana está fuera de la realidad. He vivido recientemente en México y al mexicano de a pie no le importa la conquista, pues tiene otros problemas sin resolver. Existe un racismo entre los mexicanos pobres (con rasgos indígenas) y los ricos (con rasgos más güeritos). Andrés Manuel López Obrador llegó hablando de resolver los temas de Enrique Peña Nieto: corrupción, desaparecidos, desigualdad... y como no lo logró pasó a hablar de estos otros asuntos fuera de la realidad social. Es como si España no invitara a Giorgia Meloni a un acto institucional por no disculparse el actual Gobierno italiano por las formas en la conquista de Hispania por el Imperio Romano.
Rafael Moreno Santos. Madrid
Sufrir por nuestros hijos
El otro día, el novio de una amiga decía que él prefería tener un hijo varón por aquello de que “sufres menos por ellos”. Tras pedirle que desarrollara su idea, deduje que hablaba de que fuera víctima de una agresión sexual. Yo pensé, entonces, que mi temor era otro: que mi hijo un día se ría de los pechos de una compañera de clase prematuramente desarrollada, que llame puta, zorra o ballena a otra, que toque sin consentimiento un culo en un bar y que, además, después busque la risa y la complicidad de sus amigos, que invite a chupitos a una chica para emborracharla, que ignore un “por favor, para”, o que no sea capaz de preguntar “¿quieres seguir?”. Y creo que mientras el miedo no sea ese, lo demás seguirá ocurriendo.
Maite Arciniega Rodríguez. Vitoria-Gasteiz
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