Cuba, éxodo histórico
Casi el 18% de la población ha huido de la isla en dos años ante la crisis más profunda en décadas
Cuba vive en los últimos años el mayor éxodo migratorio de su historia, por encima incluso del que protagonizó en los años noventa con la crisis de los balseros. Los últimos datos que ha publicado el Gobierno de Estados Unidos dan cuenta de que más de 850.000 personas han abandonado la isla desde 2022 (cerca del 18% de la población). Un vaciamiento demográfico que está lejos de revertirse en gran medida por la insostenible situación a la que las autoridades de la isla han sometido a sus habitantes.
Las cifras que ha proporcionado esta semana la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de la Administración de Joe Biden apuntan a que más de 500.000 cubanos llegaron a Estados Unidos desde el 1 de octubre de 2021 hasta el cierre del año fiscal en 2023. A ello habría que sumar otros 208.000 solicitantes de asilo, solo entre el 1 de octubre de 2023 y agosto de este año. El saldo migratorio puede ser aún mayor, ya que el registro no incluye a los más de 100.000 cubanos que se beneficiaron desde principios de 2023 de lo que se conoce como el parole humanitario, un estatus de inmigración temporal que se otorga a aquellas personas a las que una negación de entrada al país podría causar dificultades significativas.
Las estadísticas muestran que la crisis actual en Cuba es la más profunda de las últimas décadas. Si durante años los cubanos huían de la penuria y de libertades limitadas, hoy la emigración masiva se enmarca en un contexto de mayor desesperanza estructural. A la crónica escasez de alimentos, medicamentos y bienes básicos, se le ha unido en los últimos años el desplome del turismo y una inflación descontrolada. Esto ha abonado una creciente falta de oportunidades, especialmente para los jóvenes, que no ven futuro en la isla. Todo ello, además, se ha intensificado desde las protestas de julio de 2021, que tuvieron como respuesta un aumento de la represión.
Es indudable que el principal responsable de este éxodo es un Gobierno que ha perpetuado las condiciones que impulsan a sus ciudadanos a abandonar el país. Las reformas económicas no han sido suficientes ante la rigidez de un sistema que impide crear un entorno propicio para el desarrollo. También es cierto que Cuba ha estado sometida a un embargo por parte de Estados Unidos que solo ha contribuido a ahondar esta deriva; un bloqueo acompañado de sanciones que solo aumentan el dolor de la sociedad civil y que, como ya pide una parte importante de la comunidad internacional, es hora de que terminen.
La situación ha llegado a tal extremo que la respuesta a la crisis ya no puede ser solo cubana. Ante la evidencia de que La Habana es incapaz de cambiar el rumbo erróneo de su política, urge que la misma comunidad internacional juegue un papel clave, no solo enfocado en la migración, sino en solucionar las causas profundas que han contribuido a este histórico éxodo.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.