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Pompas de jabón

La reacción mediática ante el nacimiento de Izquierda Española fue apabullante. Algunos columnistas insinuaron que venía a sustituir al PSOE. Al final, ha sacado el 0,18% de los votos

El líder de Izquierda Española, Guillermo del Valle, durante el acto de presentación de su partido, en marzo.
El líder de Izquierda Española, Guillermo del Valle, durante el acto de presentación de su partido, en marzo.Alberto Ortega (Europa Press)

Les voy a contar un cuento. El pasado 17 de marzo, se presentó en Madrid el partido Izquierda Española. La mayor parte de los medios, EL PAÍS también, lo definieron como una “izquierda no nacionalista”, pero eso sería lo mismo que el PSOE, Podemos o Sumar. Deberían haber dicho “izquierda que no pacta con nacionalistas periféricos”, pero quedaba largo y liante.

La reacción mediática fue apabullante. Una rápida búsqueda en Google da reseñas en La Razón, Expansión, El Mundo, EL PAÍS, Servimedia, El Debate, El Heraldo, El Confidencial, El Español, Abc, 20 Minutos y muchos otros. Su secretario general y número uno en la lista al Parlamento Europeo, Guillermo del Valle, se paseó por emisoras de radio y platós de televisión. Era un absoluto desconocido para el común de los mortales, y lo sigue siendo a pesar de toda esa atención. Del Valle mantuvo una larga entrevista con Carlos Alsina en Onda Cero (que repitió el 4 de junio), otra con Carlos Herrera en la Cope y pasó por Telecinco y por Telemadrid, entre otros medios. Una exposición mediática que pocos partidos y candidatos tuvieron a tres meses de las elecciones europeas.

El foco cambió de objetivo y muchos medios solo volvieron a hablar de Izquierda Española y de su secretario general cuando en abril se presentaron las listas electorales. El suflé parecía haber bajado a pesar de que algunos digitales le daban hasta tres escaños, para lo que necesitaría más de 700.000 votos.

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El protagonismo mediático de Izquierda Española no fue el único entre partidos a los que nadie veía con posibilidades de obtener escaño. Mientras apenas se escuchaba hablar del Pacma, que reunió 134.425 votos, sí tuvo presencia sustancial en los medios Jordi Cañas, cabeza de lista de Ciudadanos, a quien las encuestas dejaban fuera del hemiciclo europeo y que se quedó en 121.031 votos. Y quien quiso pudo también ver en medios importantes a Edmundo Bal, exdirigente de Ciudadanos y candidato de Cree en Europa, que no sumó ni 10.000 votos, el 0,05%.

El digital The Objective puso toda la carne en el asador (kilo y medio de muslitos de pollo) para intentar inflar las expectativas de un partido supuestamente de izquierdas. Fueron decenas de artículos y columnas amables con la nueva formación para intentar dividir el voto progresista desencantado con don Pedro. César Calderón, un experto en dirigir campañas electorales, escribía hace apenas dos semanas, el 27 de mayo, sin una pobre encuesta que echarse a la boca para confirmar sus predicciones, que si algún partido iba a “convertirse en la gran sorpresa de estas elecciones”, ese era Izquierda Española.

Vozpópuli, el digital que este pasado domingo comparaba a la esposa de don Pedro con la mujer del dictador rumano de la Guerra Fría Nicolae Ceaucescu, quien acabó fusilada junto a su marido sin mediar un juicio digno de ese nombre, también echó el resto. Su columnista Gorka Maneiro daba por segura la entrada de Izquierda Española en el Parlamento Europeo, algo que no veía ninguna encuesta. Y Gabriel Sanz incluía hace poco más de dos semanas a Guillermo del Valle en sus Cara a cara, sus entrevistas en formato vídeo.

¿Hasta dónde llegaría Izquierda Española? ¿Tenía techo? ¿Venía a sustituir al PSOE un partido que se negaba a pactar con nacionalistas periféricos? ¿Era más prefijo que sufijo? ¿Tenía razón su líder cuando dijo que salía “a ganar”? “Si consiguen el ansiado escaño —o escaños—, queda por ver si este proyecto quedará en una suerte de bisagra, a lo Ciudadanos, o en verdad es la nueva izquierda española”, escribió Inés Ruiz-Jiménez en Abc, insinuando que podría ocupar el sitio del PSOE.

Las urnas cerraron y se empezaron a contar los votos. Debía ser su gran noche, pero las papeletas de Izquierda Española no aparecían por ninguna parte. El partido obtuvo, con el 99,96% escrutado, 32.717 votos, el 0,18%. Varios medios habían jugado con las ilusiones de Guillermo del Valle cuando solo trataban de hacer daño a los partidos de izquierdas. Ahora lo verán como un juguete roto y le darán una patada, porque no les sirve. Izquierda Española, como Creer y como otros, eran pompas de jabón. En cuanto se abrieron las urnas y les dio el aire, hicieron plop.

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