España pierde talentos

Fueron 531.889 las personas que emigraron desde España en 2022. Yo fui una de las 296.000 que se marcharon en 2019. Una cosa que no te cuentan cuando te vas es que llega un momento en que, aunque quieras volver, no es tan fácil como cuando cogiste tus maletas y empezaste de nuevo tu vida en otro país. En el extranjero, por lo general, los emigrantes obtenemos cosas que en España son casi imposible de encontrar —al menos todas a la vez—: buen salario, conciliación, independencia, valoración profesional, etcétera. Por eso es difícil volver. Si queremos fundar una familia, sabemos que seremos penalizados. Si no queremos tenerla, entendemos que encontrar un trabajo con un buen sueldo, y que no lleve implícito trabajar 80 horas semanales, es como hallar un sitio en una terraza a las dos de la tarde en verano: a lo mejor tienes suerte, pero la realidad es que es casi imposible. En resumen, España está perdiendo el talento que ha pagado, ¿hasta cuándo? Hasta que nuestros políticos se pongan a hablar de lo que importa. Ni más, ni menos.

Daniela Mejuto Pita. Dublín

David contra Goliat

Estos días parece que el Partido Popular ha caído en la trampa de Tucídides debido a la tragedia medioambiental del vertido de los pellets tóxicos frente a las costas de nuestro litoral. En los comicios gallegos del próximo febrero decidiremos si queremos continuar con un inmovilismo y estancamiento del siglo pasado, tras cuatro décadas de mayorías vacías, o si queremos avanzar hacia un modelo de país igualitario, justo, libre y respetuoso con la diversidad y el ecosistema en el que residimos. La estrategia progresista del sagaz contra la fuerza bruta del titán.

Xián Antón Lorenzo Rodríguez. Ourense

La esencia de los españoles

Soy armenio y hace un par de años que vivo en España. Llegué sin conocer casi el idioma y cuando entré en el colegio me tuvieron que bajar dos cursos: estaba un poco perdido. Sin embargo, el cariño y el apoyo que me dio toda la gente que conocí se me quedaron grabados dentro. Esta es la esencia de los españoles, la alegría y las ganas de compartir. No entiendo por qué después se pelean por temas de política, si cuando se unen por una buena causa pueden hacer sentir a la gente tan bien acogida como me hicieron sentir a mí.

Suren Tudakhlyan. Alcorcón (Madrid)

Virus y política

Hasta donde yo sé, los virus no hacen distinción entre votantes de izquierda o de derecha, como tampoco distinguen entre ciudadanos de Valencia o de Madrid. Dicho esto, y partiendo de la base de que está absolutamente demostrado que el uso de mascarillas es el medio más eficaz para prevenir la transmisión de virus respiratorios, resulta sorprendente que haya dirigentes de algunas comunidades autónomas que se nieguen a implementar el uso de mascarillas en centros sanitarios como medida elemental para frenar la transmisión. Parece increíble que no haya habido un consenso al respecto tratándose de un tema estrictamente de salud pública. Una vez más, espurias razones políticas y recelos entre administraciones frustran un consenso imprescindible, mientras los contagios aumentan y los hospitales se colapsan.

Sebastián Fernández Izquierdo. Petrer (Alicante)