Una colecta polémica para el policía que mató a Nahel
Jean Messiah, figura destacada de la extrema derecha, ha logrado reunir más de 1,6 millones de euros para el agente que disparó al adolescente francés
¿Hay algo peor que un policía dispare a sangre fría y mate a tu hijo de 17 años por no detenerse en un control de tráfico y saber que su muerte filmada es tan solo una más de una larga lista de jóvenes de los suburbios, víctimas de errores policiales debido a su origen o color de piel? Pensaba que no, ingenuamente, hasta ver en Twitter que una figura destacada de la extrema derecha francesa había organizado una colecta para apoyar al policía y a su familia, y que esta había alcanzado, en pocos días, la cifra de 1,6 millones de euros.
Chers amis,
— Jean MESSIHA (@JeanMessiha) July 3, 2023
Notre mobilisation pour la famille de Florian M. et notre respect des règles ont payé.
Malgré un djihad gaucho-progressiste pour bloquer notre cagnotte, la plateforme @gofundme a décidé de la maintenir !
Les services de réanimation vont être saturés par un afflux… pic.twitter.com/t1j9Lm7HIW
“¡Las unidades de cuidados intensivos van a estar saturadas por una afluencia de izquierdistas en estado de shock. ¡Enhorabuena a todos y viva Francia!”, tuiteó Jean Messiah, un alto funcionario del Estado nacido en El Cairo en el seno de una acaudalada familia egipcia, que tras pasar por el Reagrupamiento Nacional (RN) de Marine Le Pen, quizás demasiado light para su gusto, abrazó la guerra cultural de Éric Zemmour en las últimas presidenciales. Un polemista cuyo parecido físico con el personaje de Tintín Rastapopoulos no deja de desconcertarme, y al que le gustan los relojes caros y los puros. Presidente del círculo de reflexión Vivre français (Vivir a la francesa), se define a sí mismo como “francés de pura cepa por naturalización”. Una definición que no tiene su origen en las ciencias sociales, sino en un comportamiento extendido entre algunos de los integrantes de la extrema derecha con origen extranjero —como el número dos del RN, Jordan Bardella— y que consiste en aparentar ser más francés que el más francés de los franceses, si es que eso tiene algún significado.
The bird is free !@JeanMessiha est de retour !
— Jean MESSIHA (@JeanMessiha) January 24, 2023
Thank you very much @elonmusk !#JeanMessihaIsBack pic.twitter.com/haqVKXVKT7
A la iniciativa de Messiah, la madre del joven fallecido ha respondido interponiendo una queja ante el Fiscal General del Estado, ya que la plataforma estadounidense GoFundMe que alberga la colecta se ha negado a cerrarla. ¿Habrían mantenido activa una colecta semejante en el caso del policía que mató a George Floyd?, se preguntaban, indignados, algunos trabajadores de la empresa en una tribuna en la que se desolidarizan con la dirección de la compañía. Llevo muchos días pensando en ella, en Mouina M., y en lo que se tiene que sentir al descubrir que una galaxia de rancios, movidos por el odio, ampara y compensa con este gesto el racismo institucional que condujo Florian M. a disparar a un chaval que, de haberse llamado Jean-Hubert y residido en Neuilly, aún estaría en vida, pese a no cumplir la orden de pararse en un control de tráfico. En lo injusto que una mujer trabajadora, que crio sola a su hijo en un barrio difícil y en un entorno precario, se haya convertido en el foco de las críticas de la extrema derecha en las redes: le reprochan la educación que propició a su hijo, manchan el nombre del adolescente con mentiras sobre su pasado supuestamente delictivo e incluso se atreven a ironizar sobre cómo lleva su duelo, juzgando la actitud demasiado combativa y alegre que exhibió en la marcha blanca organizada en honor a Nahel.
#Nahel après #mère rigolarde et excitée tandis qu’elle est portée à bout de bras par des #manifestants! Maintenant son #papa éploré qui découvre son fils qu’il n’a jamais vu! Trop tard! Quelle mascarade!
— noelle lenoir (@noellelenoir) July 6, 2023
Una vez más, la extrema derecha ha conseguido contagiar su visión xenófoba y etnicista de la sociedad a buena parte del espectro de la derecha tradicional desesperada por resucitar electoralmente. “Reconozco que la mayoría de detenidos [en los disturbios] son franceses, pero ¿cuán franceses?”, se preguntaba el otro día una senadora de Los Republicanos (LR) en un debate parlamentario, obviando la raíz eminentemente social del problema, con un Estado incapaz de integrar a los habitantes de los barrios pobres de la periferia. Jóvenes de tercera y cuarta generación abandonados a su suerte, desprovistos de capital político o cultural, sin otra forma de expresión que la violencia. Su resentimiento y frustración se manifiesta, como en los disturbios de 2005, de la peor de las formas, atacando los símbolos de una República y de una sociedad de consumo de la que se sienten excluidos.
« Vous allez me dire que la plupart des gens arrêtés sont Français. D’accord. Mais ça ne veut plus rien dire aujourd’hui. Ils sont comment Français ? »
— Paul Larrouturou (@PaulLarrouturou) July 5, 2023
Ceci est une citation de la sénatrice LR Jacqueline Eustache-Brinio, s’adressant à Gérald Darmanin, au Sénat. #emeutes pic.twitter.com/czbnokeJVR
Esta es la historia interminable de una herida francesa, de tufo poscolonial, que, sin voluntad política, no podrá cicatrizar jamás. Esta vez le ha tocado a Nahel; hace tres semanas la víctima de un disparo policial por no detenerse en un control, según la versión de las fuerzas del orden, se llamaba Alhoussein. El policía llevaba una cámara corporal, pero ese día el dispositivo no funcionó por falta de batería. No tuvo la suerte de Nahel, cuyo video sí dejó clara la responsabilidad del agente, imputado por homicidio voluntario. Alhoussein, como otros muchos, ha muerto en medio de una total indiferencia. Tenía 19 años y solo estaba yendo a trabajar.
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