Familia

La verdad es que hace un día estupendo, mamá. Has visto la maravilla de jardín que se ve por la ventana, qué alegría de árboles, qué pájaros tan vivos pese al calor. Y tú estás guapísima. La niña se parece a ti, ya la ves, los mismos ojos, la misma boca, la misma nariz, y tiene también el mismo carácter, mira, habla y huele igual que tú. Venga, hija, vamos, dile algo a tu abuela, cuéntale que has encontrado trabajo, que estás haciendo prácticas en el despacho de Aguirre Marquesán, la abuela fue muy amiga de los padres de tu jefe. Más liada que yo, la niña siempre de reuniones y viajes de trabajo, siempre, todo un personaje, nuestro futuro. Por eso no hemos podido venir antes. Esta vida de ahora es más complicada de lo que puedas imaginarte, sin tiempo para nada.

¿Me oyes? Bueno, perdona, pero no ha sido posible venir antes. Desde Navidad, si ya sé, desde el 25 de enero, 6 meses, medio año, aunque no ha pasado un día sin que hablemos con las enfermeras para saber que estás bien, muy bien, mejor que nunca, arreglada, cuidada, con buen humor, sin que te pesen los años. Las mujeres de la familia sois un tesoro. Y esta residencia es otro tesoro, el que tú te mereces. La verdad es que resulta cara, pero no hay dinero mejor gastado. Te lo mereces, claro que sí. Como ahora se critica todo, salen muchas noticias sobre las residencias, muchas maldades, pero nosotros no podemos quejarnos de nada, ¿a qué no?, estás aquí mejor que en la casa, con tu carácter de siempre, el mismo que ha heredado la niña, sí, sois el corazón de la familia.

Nos ha costado trabajo encontrar el día, pero ya estamos aquí y vamos a pasarlo muy bien. Damos un paseo en el coche, comemos en algún restaurante, algo que te guste, y luego, de postre, te llevamos a votar. Claro, a los tuyos de siempre, cómo no, ya te hemos preparado el sobre.